lunes, 27 de julio de 2009

Películas Snuff

Las películas snuff son aquellas donde se tortura, viola y asesina con el único objetivo de registrar estos hechos por algún medio audiovisual. Este tipo de films se han transformado en un mito moderno, en una leyenda urbana, ya que todavía se sigue - y se seguirá discutiendo - sobre su existencia. Parecería ilógico pensar que en nuestra enferma sociedad, no haya algún individuo que se regocije - intelectual o comercialmente - con la producción y distribución de este tipo de material.



Muchas son las historias vinculadas a la producción y comercialización de estas películas. Se las relacionó con redes pedófilas, con ritos satánicos e incluso con círculos millonarios. Los lugares donde se filmarían también dependen de quien cuente la historia: algunos sostienen que en alguna selva de Sudamérica, otros hablan de alguna playa desierta en Tailandia, en los jardines de la mansión de un empresario alemán, en El Paso en la frontera entre México y Estados Unidos...

Lo más cercano a una snuff que habría realizado David Berkowitz conocido como el Hijo de Sam - de algunos de sus numerosos crímenes. Estas cintas circularía dentro de la secta norteamericana Iglesia de Satán. Algunos afirman que la filmación del asesinato de Stacy Moskowitz en 1977, en Brooklin, Berkowitz la realizó con el objeto de vendérsela a Roy Radin, un empresario de Long Island, conocido por su enorme colección de películas porno, a la cual quería agregar una snuff. Se rumorea que hay alrededor de diez copias de este asesinato, aunque nunca pudo encontrarse ninguna.

A pesar de que la posición oficial del FBI niega su existencia, un investigador de la Oficina del Fiscal del Distrito de Carolina del Norte confirmó -en secreto- que las cintas estaban en poder de la agencia.


Los oportunistas nunca se pierden las posibilidades para obtener ganancias; en febrero de 1976 - cuando los rumores acerca de la existencia de las snuff ocupaban varias conversaciones -, en la zona de Square en New York apareció un afiche que mostraba la foto cortada de una mujer desnuda, con la siguiente leyenda: "El film que sólo puede hacerse en Sudamérica donde la vida es BARATA!". Asimismo anunciaba la "cosa más sangrienta que haya pasado enfrente de una cámara"; y "La película que decían que nunca podía exhibirse".

La película fue realizada por el matrimonio Michael y Roberta Findlay en Buenos Aires en los años 70. En Snuff (así se llamó originalmente la película) se ven escenas de El Tigre, Ezeiza y la ciudad deportiva de Boca Juniors, así como las actuaciones de las modelos Mirtha Massa y Margarita Amuchástegui, junto a actores como Clao Villanueva, Alfredo Iglesias (que actuaba en El Santo de la espada) y Aldo Mayo (de pequeñas apariciones en El Capitán Piluso). Es muy probable que los actores argentinos no supieran lo que estaban filmando, ya que se trataba de una producción yanqui. De todos modos, no es una película con las características de lo que hoy conocemos como snuff, es decir, donde hay una muerte real.

El film trataba de mostrar mucha violencia y asesinatos mal trucados, usando vísceras de animales. Treinta años después, Snuff sólo provoca risa. Pero el film es emblemático porque la estrategia publicitaria de aquel momento fue asegurar que en el film había un asesinato real.

Algunos rumores afirman que el productor llegó a contratar a unos manifestantes para que fingieran estar en contra de la exhibición de la película. Casi el mismo modelo de promoción que luego usarían los directores de El Proyecto Blair Witch. A pesar de lo rudimentario de esta filmación de los 70, el éxito de Snuff fue llamativo y le permitió al matrimonio Findlay vivir su momento de gloria como directores de cine no convencional. Filmada en blanco y negro, Snuff nunca quiso tener a la Argentina o a Sudamérica como mercado consumidor. Fue íntegramente doblaba al inglés y puede asegurarse que lo más argentino que tiene es una escena en que una horda asesina muy al estilo del clan Manson comete uno de sus crímenes en un almacén atiborrado de latas de galletitas Terrabussi.

A pesar de que un simple análisis del film -la supuesta víctima era un miembro del equipo de filmación- daría por tierra con su supuesto carácter real, muchos quisieron creer que se trataba de una verdadera snuff. El fiscal del Distrito de Manhattan tuvo que dar una conferencia de prensa aclarando que se había analizado detalladamente la película, y que se trataba de una obra de ficción y de buenos efectos especiales. Pero los rumores continuaron, por lo que el Fiscal siguió con la investigación hasta que un mes después pudo dar con la actriz que era "asesinada" siendo entrevistada por la policía y dándole punto final al asunto.

En 1991 uno de los episodios de la serie Guinea Pig llega a las manos del actor Charlie Sheen que convencido de la verosimilitud de los crímenes, la entrega al FBI para que la analicen.

La serie Guinea Pig consta de 7 cintas marginales editadas en Japón en 1989 (para televisión), y está registrada comercialmente. Se distribuye en circuitos legales del gore y otra cinta de la serie muestra el "detrás de escena" de la filmación del supuesto "asesinato".

Los episodios que "simulan" ser snuff son Unabridged Agony, donde una mujer es atada a una silla, torturada y asesinada; y The of Flesh and Blood donde una especie de samurai comenzará a cortarle los miembros a una mujer hasta provocarle la muerte.

El morbo explica el éxito de El Proyecto Blair Witch, que consiguió convencer a miles de personas de que mostraba imágenes reales.

El asesino serial Charles NG, también habría filmado sus asesinatos con la intención de distribuirlos comercialmente. A pesar de que la posición oficial del FBI niega su existencia, un investigador de la Oficina del Fiscal del Distrito de Carolina del Norte confirmó - en secreto- que las cintas estaban en poder de la agencia.

Los datos relacionados a las snuff parecen no tener fin: durante el proceso judicial seguido contra Johnny Zinn por el secuestro y muerte de Linda Daniels (de tan sólo 20 años) en la ciudad de Nueva México, uno de sus cómplices confesó que la idea era realizar una snuff, proyecto que no llegó a concretarse.

Yaron Svoray, un ex militar israelí, publicó un libro sobre la posible existencias de estos films: Dioses de la muerte. Entre otros datos, Svoray confirma la existencia de videos que registraron las atrocidades cometidas por los soldados en la ex Yugoslavia.

En Inglaterra, The Times en el año 1990 había publicado una investigación donde se sostenía que la policía había descubierto evidencias de que inmigrantes mexicanos eran asesinados para filmar películas snuff.

Todas estas historias, más las inventadas alimentaron y siguen alimentando el mito de las snuff (incluso se había llegado a sostener - aunque ya fue refutado - que Charles Manson grababa este tipo de películas en Texas).

Las posiciones acerca de su existencia están divididas. Los que niegan su existencia, cual el apóstol Tomás, esgrimen como argumento que nunca han visto una snuff.

Todas las agencias de seguridad de los Estados Unidos manifiestan que si este tipo de material existiera, ellos tendrían una copia. Ken Lanning, experto del FBI, sostiene que luego de una investigación de más de 20 años nunca pudo dar con ninguna persona que hubiera visto realmente una snuff movie.

El detective Mick Hames, jefe de la División de Publicaciones Obscenas de Scotland Yard sostiene que "de existir este tipo de films, sería el primero en enterarme. No existe este tipo de películas en Inglaterra aunque estoy seguro de que existen en los Estados Unidos".


Para Charles Balun, distribuidor de la mítica Guinea Pig, "lo más cercano a las snuff movies es lo que yo llamo la autopsia. Faces of death y Escenas de muerte, son noticias o archivos de la policía que muestran distintos tipos de asesinatos, autopsias, suicidios, etc. Pero esto no es snuff porque solo son una crónica de una muerte real. Snuff, por su definición, es una muerte coreografiada".

Andrew Vachss, abogado y escritor de numerosos best sellers, sostiene que "uno tiene que ser completamente näive para pensar que no existen. Sabemos que el Shah de Irán tiene cintas de la Savak (policía secreta iraní) torturando a gente hasta la muerte. También sabemos que Idi Amin graba numerosas ejecuciones".

En tanto que Ted McIlvana, custodio de la colección de 289.000 películas porno y 100.000 videos del Instituto para el Estudio Avanzado de la Sexualidad Humana, manifestó que sólo ha visto tres muertes en cámara en 25 años de dura investigación. Dos eran accidentes. El tercero era una "ceremonia religiosa bizarra en Marruecos donde un niño jorobado era descuartizado por caballos salvajes mientras los hombres que estaban alrededor se masturbaban".



Hace algunos años, Frank Henenlautter, director norteamericano de películas hardcore ofreció una recompensa de un millón de dólares a quien le mostrara una snuff. Nadie se presentó.

Más allá de su real existencia o no, este tipo de films contiene algún elemento que provoca que el mito siga creciendo día a día. Las vinculaciones a determinados ritos satánicos, a perversiones sexuales y al simple comercio nos hace pensar en cuán enfermos estamos como sociedad. Que alguien alcance el éxtasis sexual, religioso o monetario mediante la tortura, el ultraje, el asesinato da una idea de cuántos problemas tenemos por resolver. Para el director Paul Schrader - quien hizo referencias a las snuff en su película Hardcore -, "el cine es un medio flexible. Es fácil simular una muerte en una cinta, que es en parte el motivo porque la gente cree en la existencia de snuff films. Ven muertes simuladas y creen que son genuinas. Creo que es posible que existan, pero existan o no es menos importante que la creencia de la gente en su existencia; es la voluntad de creer en una fantasía maligna. Eso hace al mito interesante".

2 comentarios:

Zoomy dijo...

En México es posible conseguir unas películas que se llaman Trauma en las cuales se ve como asesinan/torturan a individuos. Dudo que sean falsas porque son de muy mala calidad y no me imagino que tuvieran dinero para que los asesisnatos fueran obra de los efectos especiales

Anónimo dijo...

excelente articulo...la ley juzga los actos y la moral le agrega esa critica a lo amoral: no es sólo el hecho de haber asesinado a alguien, sino que también el haber disfrutado al hacerlo. al torturar sería el hecho mismo de torturar, pero también nuevamente se considera el estar dispuesto a hacerlo y como antes, gozar al hacerlo. dudo que no existan peliculas de este estilo, hay mucha gente perdida aún y quien sabe que les sucedió...
en fin, nuevamente, muy buena entrada.
me acorde de la película "Tesis"