martes, 18 de junio de 2013

Conexiones secretas entre el Vaticano y los extraterrestres


El Vaticano es ampliamente considerado como una de las instituciones más antiguas y conservadoras del mundo, así que se puede llegar a pensar que el Vaticano y los extraterrestres son completamente incompatibles. Pero en mayo de 2008, el Vaticano declaró oficialmente que la creencia en la vida extraterrestre era plenamente compatible con la fe cristiana, idea que era castigada con la muerte durante la Inquisición. En un artículo publicado en el propio periódico oficial del Vaticano “L’Osservatore Romano” y titulado “Los extraterrestres son mis hermanos”, el Padre Gabriel Nunes dijo que la astrobiología es una ciencia perfectamente respetable y que la vida podría existir en otros planetas. Según la doctrina católica, todos los seres humanos sufren de pecado original a causa de la rebeldía de Adán y Eva ante Dios y su posterior expulsión del Edén. Pero los extraterrestres, sin embargo, debido a que no son de la Tierra, podrían estar libres del pecado original.

Pero los más conspiranoicos afirman que existe un movimiento de divulgación por parte del Vaticano. Consideran que es una medida destinada a preparar al público para lo que se conoce como “Disclosure”, la revelación por parte de los gobiernos de la Tierra de que no estamos solos y que se están realizando contactos con seres extraterrestres.

El sacerdote Giordano Bruno, defensor de la idea extraterrestre

En la Edad Media, la idea de vida extraterrestre fue expuesta por algunos clérigos. En 1600, el sacerdote Giordano Bruno fue quemado en la hoguera por haber afirmado que podría existir vida fuera de nuestro planeta. En el año 2000, el Papa Juan Pablo II expresó su pesar por lo sucedido a Giordano Bruno, siendo ese el momento en el que llegaron a afirmar en una declaración secreta que el mayor peligro no proviene de la tierra, sino del cielo. Los teólogos y los astrónomos del Observatorio Vaticano han dicho muchas veces que en todos los planetas del universo podrían existir seres que siguen a Dios como lo hace el hombre.

El supuesto interés del Vaticano sobre vida inteligente en otros mundos

Los teólogos del Vaticano argumentan que la teoría de la existencia de vida en otros planetas es más que probable, porque también Dios no se limita a su inteligencia y poder, así que más allá de los seres humanos y de los ángeles también podrían existir otros seres que creen en Dios y en su gloria. Según afirman, estos seres podrían proteger y ayudar a la humanidad en los temas medioambientales que están perjudicando a la Tierra, además de ayudar a su religiosidad y creencia de las personas que no tienen fe en la Iglesia Católica.

¿Una gran conspiración?

Algunos ufólogos afirman que en este 2013 será el vaticano quien “anuncie” que existen contactos con otras formas de vida inteligentes. Según algunas teorías, sería un buen “negocio” para el Vaticano seria anunciar un evento como este, ya que obtendría más poder en la política, en lo religioso y en lo económico además de más confianza entre sus fieles y no tan files seguidores. También esta “maniobra” les daría el poder absoluto sobre todas las demás religiones. El Vaticano tendría una ventaja sobre toda la humanidad. ¿Quién mejor para anunciar al mundo que realmente hay extraterrestres o que existen contactos que el Vaticano? Hipotéticamente, un evento así sería un movimiento impredecible sobre el control de las masas y el domino de la religión cristiana, una manera de mejorar y fortalecer su sistema de dominación y control de las masas.

Teorías aparte, numerosas fuentes independientes han pronosticado que la divulgación extraterrestre por parte del Vaticano es inminente, y que la administración de Obama está llamada a desempeñar un papel destacado. El Vaticano también se está posicionando para desempeñar un papel importante en este “anuncio” y en el mundo de la post-divulgación. Su posición teológica emergente de que los extraterrestres “son nuestros hermanos” es un cambio de las representaciones más hostiles sobre vida extraterrestre que se encuentran en algunas denominaciones religiosas y en las películas de Hollywood. Por otro lado, la idea de que el Vaticano podría justificar el envío de misioneros para convertir a los seres extraterrestres nacidos sin pecado original, no plantea problemas importantes. El Vaticano, sin embargo, está jugando un papel constructivo en la preparación de la población para la divulgación inminente de la vida extraterrestre.


miércoles, 5 de junio de 2013

La misteriosa desaparición de Oliver Thomas



Hubo casos de desapariciones que deja conternacion y asombro, porque desaparecen de una forma inexplicable o como es el dicho popular, se lo tragó la tierra.
El caso que vamos a narrar a continuación, es un caso de desaparición inexplicable y misterioso. El implicado es un niño, Oliver Thomas, que desapareció de una forma misteriosa.

El misterio comenzó en la noche del 24 de Diciembre de 1909. En la granja de Owen Thomas, a corta distancia del pueblo de Brecon, en el país de Gales, se había reunido la familia y unos amigos para celebrar la Nochebuena. Poco antes de la medianoche, la señora Thomas encargó a su hijo Oliver, de once años, que acudiese al pozo en busca de agua. Comienza la pesadilla…

Gritos de socorro

La velada fue avanzando en medio de una conversación agradable. El cabeza de familia, Owen Thomas, era un excelente anfitrión, como había demostrado en anteriores ocasiones, y de su hospitalidad disfrutaban esa noche el comisario del pueblo, el veterinario y el pastor de una localidad vecina, todos acompañados de sus familias. En total eran quince personas. La fiesta avanzaba y la señora Thomas se percató de que se estaba acabando el agua. No había problema, a apenas unos metros de distancia de la casa tenían un pozo y solo había que ir con un cubo a sacar un poco de agua. Como los mayores estaban en medio de una agradable charla, decidió pedir a su hijo Oliver que saliese un momento a buscar agua al pozo. Una decisión que la pobre mujer lamentaría toda su vida. Oliver tenía once años, había ido en multitud de ocasiones a por agua al pozo y no le importaba demasiado dejar durante unos instantes el cálido ambiente que proporcionaba el hogar encendido. Afuera hacía frío, pero había acabado de nevar y se veían ya las primeras estrellas. El niño se calzó unas pesadas botas y, protegido con una bufanda que amorosamente le había colocado su madre, salió resuelto con un balde en la mano. Solo habían pasado unos instantes –después dirían los que se quedaron en la casa que apenas fueron diez segundos– cuando todos se estremecieron al oír un alarido del pequeño. Fue un grito penetrante, más que nada de sorpresa, que inmediatamente después fue seguido por llamadas de auxilio.

“¡Socorro, se me llevan!”, llegó a decir Oliver. Todos los presentes salieron corriendo hacia la puerta. Owen Thomas cogió su fusil, que colgaba de la chimenea, mientras exclamaba: “¡Un lobo!”. ¿Era posible que ese gran depredador hubiese atacado al muchacho? El veterinario, el pastor, otro granjero invitado… todos salieron portando armas, palos y una linterna. Pero en el exterior no estaba el pequeño, no había nadie. Pudieron seguir el rastro que el niño había dejado en la nieve: unas pisadas que se interrumpían bruscamente, como si hubiese desaparecido sin dejar rastro o algo lo hubiese alzado para llevárselo volando. Durante unos segundos, que parecieron eternos, cundió el desconcierto, pero aún quedaba algo que les helaría la sangre. Todos pudieron escuchar claramente de nuevo los gritos de Oliver, que, para sorpresa general, venían de encima de sus cabezas: “¡Socorro, me han cogido! ¡Socorro!”, le oyeron gritar. Todos los que lo estaban buscando quedaron anonadados. Miraban hacia el negro cielo, pero no eran capaces de ver nada. Ninguna pista, ningún indicio que les mostrase dónde se encontraba el niño y qué era lo que le estaba llevando hacia el cielo. Pidieron al chico que les indicase dónde estaba, pero el pequeño Oliver ya no dijo nada coherente, solo chillaba. Unos gritos de terror que pudieron oír durante casi un minuto los desesperados familiares y amigos, un tiempo eterno de impotencia en el que, para su desconsuelo, la voz del pequeño se fue volviendo cada vez más tenue, como si fuese subiendo y estuviese cada vez más lejos. Algo incomprensible había sucedido. Alguien había arrancado a Oliver del suelo y se lo había llevado volando. Aun después de la desaparición, y en medio del desconcierto, varios de los asistentes siguieron buscando con la lámpara alguna pista. Pudieron constatar que las huellas del muchacho sobre la nieve parecían normales, pero se interrumpían bruscamente a unos 20 m de la casa. A 2 m de las últimas huellas se encontraba el cubo, como si el niño lo hubiese soltado desde una cierta altura. El resto de la noche siguieron dando vueltas, llamándolo, intentando descubrir entre las tinieblas alguna pista que explicase el suceso.

Hipótesis descartadas

Al amanecer llegaron unos policías de Brecon, que registraron con detalle toda la casa, los alrededores y el pozo, al que bajaron. Pero no encontraron ninguna pista, nada que pudiese explicar qué le había pasado al pequeño y, sobre todo, dónde estaba. La única explicación que parecía plausible era que algo se lo había llevado volando. Pero ¿qué ave hay en el País de Gales capaz de levantar el vuelo con un niño de 11 años entre sus garras? Ninguna, ni la mayor águila podría hacerlo. Los aviones también quedan descartados, pues en 1909 la aviación todavía estaba poco desarrollada y, sobre todo, el ruido del motor sería claramente reconocible. Un silencioso planeador tampoco parece ser la solución, pues la ausencia de un sonido que le delatase no evitaría la posibilidad de maniobrar para capturar al niño y levantar el vuelo permaneciendo casi un minuto encima de la casa. Un globo habría sido difícil de maniobrar y, además, habría sido visto a la luz de las estrellas que brillaban en el firmamento.

El caso del pequeño Oliver, secuestrado por algo que bajó del cielo en la Nochebuena, quedó finalmente archivado como pendiente de solución. Es uno más de los que están a la espera de ser resueltos, algo en lo que casi un siglo después muy pocos confían. La gran cantidad de testigos, entre los que se encontraban personas de reconocida reputación, permite descartar que la extraña historia de la desaparición del niño fuese algún tipo de engaño, una mentira urdida para ocultar tal vez algún crimen. La falta de una solución al misterio de la desaparición de Oliver Thomas no evitó que en los años siguientes los niños de aquella zona viviesen la víspera de la Navidad con una mezcla de sentimientos contrapuestos. Era una fiesta de alegría, con regalos para los pequeños, pero sabían que algo inexplicable se había llevado volando al pobre Oliver.

Tal vez algo había bajado del cielo, pero en lugar de traerle regalos se lo había llevado para nunca volver a ser visto. “Santa Claus es bueno y trae regalos, pero ¿existe algún ser malo que viene volando en la Nochebuena para llevarse a niños?”, preguntaban los pequeños de la zona a sus padres. “No, hijo –les respondían estos–, solo hay un anciano bondadoso que llega con regalos en un trineo tirado por renos mágicos.” Pero por las noches, sobre todo durante la víspera de la Navidad, los padres que pronunciaban estas tranquilizadoras palabras no perdían de vista a sus hijos en ningún momento. Sabían que si algo inexplicable se había dado cita una Nochebuena, podría volver a por otro niño.

Ave gigante o monstruo de otra dimensión

Durante casi cien años han sido muchos los intentos de explicar lo que le ocurrió a Oliver Thomas. Desde un primer momento se barajó la posibilidad de que lo capturase algún tipo de pájaro. En 1977 muchos se acordaron de este misterioso caso después de que se conociese el ataque de dos misteriosas aves negras a un niño de diez años llamado Marlon Lowe. El suceso tuvo lugar en Michigan (EE.UU) y no acabó trágicamente porque su madre intervino rápidamente y arrebató a su hijo de las garras de los animales cuando ya se estaban llevando por el aire al pequeño.

Casos similares han ocurrido en diversos lugares del mundo y en buena parte continúan siendo un misterio, pues según los testigos no se trata de aves conocidas. En ocasiones se ha especulado que podría tratarse de algún superviviente de los teratórnidos, unos parientes del cóndor de los Andes que vivieron hasta hace unos 10.000 años en Norteamérica. Pero esas especies no se conocen en Europa. A veces las descripciones de las criaturas son aún mas extrañas, pues parecen reptiles alados como los que vivían en la época de los dinosaurios.

Otra hipótesis recuerda que, según diversas tradiciones, durante momentos determinados del año, como la víspera de Navidad, de Todos los Santos o de San Juan, los límites de nuestro mundo parecen quedar mas difusos, siendo posible que salten hasta nuestra realidad entidades que normalmente no viven entre nosotros. Entidades que forman parte del mundo de monstruos como el chupacabras, el diablo de Jersey o el demonio de Dover y que han sido vistas en diversas ocasiones y lugares.