viernes, 14 de septiembre de 2012

Caníbales contemporáneos



En la década de los ochenta, Jean-Bedel Bokassa, Emperador de África Central, fue derrocado. Después de trece años de dictadura fue acusado de genocidio y de canibalismo. Los testigos que entraron en su suntuoso palacio declararon haber encontrado en los congeladores cadáveres humanos a los que les faltaban varios miembros. Pero Bokassa huyó y se escondió rodeado de guardianes que velaban por su seguridad. Nadie sabía dónde estaba hasta que el periodista Ronald Koven le localizó en Costa de Marfil, viviendo a cuerpo de rey. En una entrevista concedida a este periodista, no sólo reconoció sin tapujos haber practicado la antropofagia sino que incluso acusaba a Giscard D´Estaing de lo propio.

Posiblemente Jeffrey Dahmer, el “carnicero de Milwaukee”, uno de los asesinos más espantosos que ha conocido la historia criminal, buscara algo parecido al mana cuando violó, asesinó, bebió la sangre y se comió, entre otras partes del cuerpo, los cerebros de diecisiete jóvenes. Al preguntarle en concreto sobre este particular explicó: “Me hacía sentir que pasaban a ser permanentemente parte de mí, aparte de la curiosidad de saber cómo eran”. El caso de Dahmer merece reflexión, ya que poco después de estas declaraciones realizadas a la NBC desde la prisión –donde había propuesto a varios reclusos formar un grupo de “caníbales anónimos”- otro preso, Christopher Scarver, convicto de 25 años que se consideraba el hijo de Dios y receptor de supuestos mensajes telepáticos, decidió hacer justicia y matar a Dahmer en 1994.

Pero hay muchos más casos: Henry Heepe mató a su madre de setenta y siete años en 1994 y cocinó un guiso con ella, por considerar que era un “vampiro diabólico”, que poseía dos corazones que latían simultáneamente. George Hasselberg confesó en 1995 haberse comido las entrañas de su amante octogenario. Al ser interrogado declaró “Jamás pensé que podría haber llegado a este extremo”. Filita Malishipa, natural de Zambia, fue condenada en 1995 a seis meses de prisión tras confesar haberse comido a siete de sus hijos, con la ayuda del “demonio”, en el transcurso de un ritual de magia negra.



Francisco García Escalero, acusado de cometer once asesinatos, resultó absuelto en 1995 tras declarársele no responsable de sus actos. El llamado “mendigo psicópata”, reconoció haberse comido el corazón de algunas de sus víctimas. El llamado “carnicero de Rostov” fue condenado en 1992, declarado culpable de asesinar y comerse a 53 personas. Seis meses después, en mayo de 1993, se descubría en Rusia a un nuevo criminal. Fue bautizado por la prensa como Miklujo-Maklai, nombre de un célebre explorador y etnógrafo ruso de finales del siglo XIX, que recorrió lugares como Papúa Nueva Guinea. El sobrenombre se le puso porque asesinó al menos a veinticuatro mujeres y otros tantos hombres, siguiendo exóticos rituales de las etnias del Pacífico.

Alexander Spetitsev mató y se comió a ochenta personas en Siberia. Después de tres años en un psiquiátrico, los médicos consideraron que se había curado, le soltaron y se empeñó a fondo en la práctica de la antropofagia con la ayuda de su hermana y su madre. Hay gente para todo.

Caníbales sin saberlo


Fritz Aarmann fue decapitado en Alemania el 20 de diciembre de 1924, después de haber cometido un número tan elevado de crímenes que ni tan siquiera él era capaz de recordar con exactitud cuántos. Después vendía la carne de los niños. Georg Grossmann, compatriota de Arman, tampoco pudo cifrar el número de asesinatos que cometió –se calcula que unos cincuenta- aunque lo que sí se conoce es lo que hizo con los cadáveres: los convertía en “perritos calientes” que él mismo vendía en la estación de ferrocarril en la que trabajaba.

El caso de Kate Webster no deja de ser aún más curioso. Después de matar a la señora para la que trabajaba con un hacha de partir carbón, la despedazó ayudándose de una sierra especial para carne y se deshizo de las piezas mayores tirándolas a un río o quemándolas. Hecho esto, coció las partes más “substanciosas” de las que extrajo la grasa, que embotelló y vendió a un restaurante como aderezo de los platos.

En septiembre de 1994, ocho personas comieron el hígado de un hombre en Campiñas (Brasil), después de que su asesino lo hubiera vendido al restaurante, y los dueños –ajenos a su procedencia- lo prepararan con ajo, cebolla y pimienta. Lo llamativo es que los clientes comieron a placer y sólo únicamente después de saber que lo que habían consumido era carne humana se escandalizaron.

A mediados del siglo XVIII, se calcula que un 0,3% de la población mundial (unos seis millones de personas), subsistían gracias a la antropofagia.

En un gran porcentaje de las especies carnívoras, la antropofagia es algo común. Está claro que los casos anteriores son gente con un problema psicológico grave, ahora asociado por algunos estudios a una deficiencia en algunos genes. ¿Quién sabe?



El problema se plantea en casos de necesidad, el más conocido sin duda, el de los deportistas Uruguayos en los Andes. Sin ir más lejos, hace unos días se dio otro caso en una barca a la deriva con unos náufragos, en el que pasada una semana tuvieron que recurrir al canibalismo para subsistir. Este caso me sorprendió bastante por el poco tiempo que pasó, tan solo una semana, hasta que decidieron comerse a un compañero.

Mi pregunta es… ¿Serías capaz de comerte a un amigo?

¿Cuánto tiempo piensas que aguantarías en condiciones extremas?


martes, 11 de septiembre de 2012

La Terrible Historia De Carla Moran



En Mayo de 1974, Doris Bither empezó a sufrir los ataques de una misteriosa entidad invisible. La forzaba, la sujetaba contra su cama, luego procedía a violarla con una brutalidad en la que usualmente participaban los golpes. El espectro, bautizado como “El Ente”, atormentó sexualmente a Doris Bither por varios años…

El caso de Carla Morán, también conocido como el “Caso de Doris D” o el “Caso de Doris Bither”, representa uno de los casos más intrigantes pero menos estudiados dentro de la Parapsicología. Fue este el caso que inspiró la película “El Ente”, la cual a su vez se basó en la novela del mismo nombre que Frank de Felitta escribió en base a los escalofriantes hechos reales de los que Doris Bither[1] fue víctima.

Doris Bither era una madre soltera que vivía en una casa de Culver (California) con sus cuatro hijos (una niña de 6, tres varones de 10, 13 y 16), todos de diferentes matrimonios. Su vida, relativamente tranquila, comenzó a ser trastocada cuando en mayo de 1974 se desataron los primeros episodios de lo que sería una larga pesadilla, tan larga que la seguiría por años enteros. En concreto, Doris había empezado a sufrir ataques sexuales por parte de una entidad invisible a la que ella, basada en los traumatizantes contactos que había tenido con dicha entidad, le atribuía la forma de un atacante masculino alto y fornido…

Aquella entidad abusaba de Doris por las noches: la tocaba, la forzaba violentamente contra su cama y después la golpeaba y abusaba sexualmente de ella. Tras repetirse el episodio numerosas veces, Doris buscó ayuda psiquiátrica mas, al recibir un diagnóstico de normalidad, fue a buscar ayuda en investigadores de la Universidad de California. Fue así que acudió al laboratorio de Parapsicología, donde logró contactar con su director, el Dr. Barry E. Taff, un psiquiatra e investigador escéptico.


En un primer momento, Taff pensó que la historia era una mera construcción imaginaria y los supuestos ataques no eran más que un complejo de exteriorizaciones y percepciones producido por algún trastorno mental de Doris; aunque, cuando ella le mostró las extrañas y terribles marcas (algunas en la zona genital) que el violador invisible le había ocasionado, Taff pensó que su hipótesis del trastorno era casi seguramente insuficiente ya que, en el marco de los parámetros de la ortodoxia científica, no era posible explicar con rigor y completitud el caso. Intrigado, Taff tomó interés en el caso y entrevistó a Doris, a sus hijos y a sus vecinos, obteniendo tanto de sus hijos como de algunos vecinos la declaración de que habían sido testigos de los abusos de la entidad invisible a la que, desde ese momento, se le empezó a llamar “El Ente”.

Pese a eso, Taff no dejó de aferrarse a la posibilidad de que todo tuviese su raíz en la mente de Doris, por lo cual contactó con el hipnólogo Kerry Gaynor en vistas de encontrar recuerdos perdidos en el subconsciente de Doris que, de alguna manera, pudiesen dar la llave del caso. No obstante nada se sacó de las sesiones hipnóticas y, entretanto, El Ente seguía deleitándose en sus salvajes abusos. A causa de eso, finalmente decidieron trasladar un equipo científico (dirigido por Taff y Gaynor) al domicilio de Doris.


Mientras el equipo proseguía con sus investigaciones, el estado de Doris empeoraba cada vez más y hacía temer en algunos médicos la posibilidad de que ella acabase sumergida en un estado crónico e irreversible de esquizofrenia. Como ninguno de los miembros del equipo había enfrentado algo semejante con anterioridad, muchos de ellos, en parte por haber visto que casi no existían precedentes de casos semejantes, optaron por creer que los ataques cesarían a corto o mediano plazo. En un inicio habían creído, debido a que los ataques sucedían cuando Doris dormía, que el problema se reducía a cierto tipo de trastorno psíquico vinculado a la mecánica del sueño; mas, tras irse desarrollando los hechos de la manera brutal y contundente en que se dieron, empezó a surgir en los investigadores la creencia en la posibilidad de que en efecto estuviesen lidiando con alguna entidad sobrenatural.

Y es que, a diferencia de tantos fantasmas, El Ente y sus secuaces[2] no dudaron en manifestarse ante la presencia de los investigadores; por lo cual, en aquellos días en que el equipo estuvo en el domicilio de Doris, se reportó la presencia de esferas luminosas e inclusive se tomaron fotografías en que se apreciaban unos arcos de luz que delataban la forma de las esferas: mas, como es de esperarse, ante aquellas fotografías cuya fama ha llegado a trascender, los escépticos hablaron de reflejos en el lente de la cámara y la comunidad científica no las aceptó aunque nunca se demostró ni que fuese un montaje ni que fuese el producto de reflejos en el cristal de la cámara.

Pero veamos ahora los hechos con más detalle, para lo cual resulta muy útil acudir a las palabras con que los propios Taff y Gaynor relataron ciertas cosas acaecidas en los días en que las investigaciones se realizaban en casa de Doris:


Fue en la segunda visita a la casa de Doris cuando los investigadores empezaron a ver cosas que les demostraron de manera contundente que lo que estaba ocurriendo no podía reducirse a algún intrincado problema psíquico del sueño. “Empezamos a ver pequeños estallidos de luz, sucedían rápidamente. Intentamos fotografiarlos, pero sucedían demasiado rápido, y no conseguimos fijar ninguno. Trabajabamos con una Polaroid y una cámara fotográfica de 35mm”

“Estabamos en la cocina hablando con el hijo de 16 años de Doris cuando la puerta de un armario bajo se abrió de golpe y una cacerola salió disparada”, dijo Gaynor. “Salió volando y cayó dos o tres pies más allá del armario. Yo me asomé por si hubiera algún truco o alguien escondido en el armario, pero allí no había nada. Ahí es cuando empezó todo”.

“La mujer empezó a chillar, ‘está en el dormitorio’. Nosotros corrimos hacia allá y fue cuando aparecieron las luces y tomamos las instantáneas con la Polaroid. La mujer gritó ‘está en la esquina’ y rápidamente tomamos una foto, pero salió descolorida. Doris volvió a gritar que estaba en la esquina y volvimos a fotografiar… otra vez descolorida. Pensabamos que la cámara se había estropeado, así que tomamos una foto de control. En ese momento Doris anunció que el ente se había ido. La foto salió perfecta”

“Con la Polaroid tomamos la foto más interesante de todas. Doris dijo textualmente ‘está delante de mi cara’ y entonces tomamos la instantánea. En la foto puedes ver con claridad los botones de su ropa y las cortinas, sin embargo su cara aparece totalmente borrada. Repetimos la operación con idéntico resultado, y cuando ella dijo que ya se había ido, hicimos una foto de control y todo apareció normalmente.”

“La tercera noche decidimos hacer la sesión en el dormitorio. Le pedí al ente que si realmente estaba allí que apareciese, y entonces la luz salió de la pared y se desplazó hasta el medio de la habitación. Empezó a girar y a expandirse en todas direcciones. Teníamos a nueve fotógrafos profesionales distribuidos por la habitación disparando sus cámaras desde todos los ángulos. Fue increíble, ¡esa cosa flotaba en medio de la estancia y era dimensional! Es imposible falsificar algo así sin disponer de sofisticados sistemas de laser”. Taff contó que en realidad había tres esferas de luz: una verde-amarillenta y dos de luz blanca. “Nosotros vimos bolas de luz. De algún modo las cámaras recogieron arcos luminosos… pero lo que nosotros vimos eran bolas de luz”. Mas todo aquel episodio tuvo lugar luego de que, tras sufrir un espantoso ataque, Doris llamara a Gaynor a la medianoche para pedirle que fueran ya que había sido agredida por tres criaturas invisibles, dos de las cuales le sujetaban las piernas para que la última, El Ente, la penetre con brutalidad a sus anchas. .

“Ella me llamó en mitad de la noche llorando y fui hacia allá. Había sido golpeada, tenía marcas azules y negras por todo el cuerpo”, dijo Gaynor. Como sorprendentemente se ve, el número de criaturas que Doris mencionó, al igual que la distribución de funciones y aparente jerarquía entre las mismas, coincidía a la perfección con el hecho de que justamente hayan sido tres las esferas de luz que los investigadores vieron, siendo dos de ellas blancas (las criaturas que sujetaban) y una amarilla-verdosa (El Ente). Por otra parte, Doris también acotó que la entidad violadora había cobrado solidez mientras la violaba y que, a través del contacto con la misma, pudo darse cuenta con claridad, aún más que en anteriores episodios, de que la entidad tenía la anatomía de un hombre fornido y de que en efecto era un espectro pues, inmediatamente después de saciar su desaforada libido, simplemente “se evaporó”. 

Finalmente y a pesar de que cuando los investigadores llegaron no presenciaron ningún ataque sexual de El Ente, sí pudieron ver algo que les heló la sangre, algo que le hizo ver a Gaynor que, en efecto, Doris parecía estar en lo cierto cuando dijo que el abusador invisible tenía la morfología de un hombre. Cuenta así Gaynor lo siguiente: “Primero vimos como se formaba la cabeza y seguidamente los hombros. Después la luz fue descendiendo hasta que una silueta se dibujó entera. Era una luz verde-amarillenta. Cuando todo pasó, nos miramos unos a otros… No podíamos ni hablar.” Y Taff añade: “Cuando la aparición se esfumó, dos jóvenes ayudantes se desmayaron y hubo que sacarlos fuera del dormitorio”…


En cuanto a la peligrosidad de El Ente, las siguientes palabras de Gaynor nos muestran que era ciertamente elevada no solo para Doris sino para cualquiera que osase intentar detenerlo: “Una vez, el hijo de 16 años oyó a su madre llorar y fue al dormitorio. Vio como algo zarandeaba a su madre en la cama y, cuando se acercó a ayudarla, algo le golpeó en la cabeza y lo lanzó hacia atrás. El chico se rompió un brazo”


Después de las sesiones en casa de Doris y sobre todo porque no habían podido hallar una respuesta clara y la condición de ella empeoraba, los investigadores trasladaron a Doris —quien a lo largo del caso habría de tener tres embarazos psicológicos— al laboratorio de la Universidad de California, donde se le hizo una especie de casa de cristal en la que, por cierto tiempo, Doris vivió constantemente vigilada por las lentes de las cámaras y los ojos de los doctores.

Fue allí donde en cierta noche tuvo lugar la más intensa y asombrosa agresión sexual de El Ente. Así, ante los numerosos presentes, el cuerpo de Doris empezó a moverse como si alguien, contra su voluntad, la sujetase y la empujase a la vez: era El Ente que, en aquella noche más que en ninguna otra, evidenció una naturaleza posiblemente humana en virtud de sus conductas sexuales pues, como queriendo dar show y lucirse, doblegó a la pobre Doris y la hizo realizar la posición del perrito, la del misionero y muchísimas otras posturas del Kamasutra. Lastimosamente, de aquella depravada sesión de acrobacias necrófilas no quedó nada pues las cámaras no lograron registrar nada con la contundencia suficiente como para hacer tambalear el ortodoxo juicio científico e inclinarlo hacia la hipótesis paranormal.

Al ataque anterior siguieron muchos otros. Entretanto uno de los psicólogos, en una sesión hipnótica, descubrió que Doris había sufrido abusos sexuales durante su infancia. A partir de allí el juicio de los investigadores se dividió en dos grandes bloques: por un lado, aquellos que creían que todo estaba en la mente de Doris, pasando desde grandes escépticos que se limitaban a explicaciones psiquiátricas rebuscadas hasta investigadores de mente abierta que adoptaban la hipótesis parapsicológica de que la mente de Doris había creado proyecciones energéticas que se plasmaban en la gama de fenómenos desconcertantes que habían visto; por otro lado, estaban aquellos que, en lugar de aferrarse a los excesos del ejercicio interpretativo, prácticamente tomaban la realidad tal cual se presentaba y afirmaban así que Doris era víctima de alguna identidad, sea esta un fantasma, un demonio o un extraterrestre.


Mas Doris ya estaba cansada de todo y se sentía frustrada ante lo escurridizo que El Ente resultaba para las cámaras. Por ello, dejó de participar en los experimentos y, con sus hijos, dejó su casa inicial en Culver (California) y se mudó a Texas en busca de una vida mejor y libre de los acosos del violador invisible. Pero El Ente ya se había enviciado con ella y, en lugar de dejar sus fechorías o cambiar de víctima, decidió seguirla para así continuar con sus perversas sesiones de placer espectral. Cinco fueron en total las veces que Doris se mudó intentando huir de su perseguidor; cada vez se mudaba más lejos pero lo único que había conseguido era una disminución en la frecuencia de ataques. Aunque posteriormente, y de forma inexplicable, los ataques cesaron. Dice Gaynor (que mantuvo la comunicación con Doris) al respecto: “Parece que el ente la seguía a donde iba. Ella cada vez se mudaba más lejos y los ataques fueron disminuyendo hasta que después de dos años más o menos finalmente cesaron por completo”. Fue entonces que por fin Doris vivió con tranquilidad hasta que el cáncer la condujo a la muerte un 25 de julio de 2006.








domingo, 9 de septiembre de 2012

Escritos antiguos que no se han descifrado

Disco de Festos



Esta pieza fue descubierta en 1908 por el arqueólogo italiano Luigi Pernier en una excavación del palacio minoico de Festos. El disco es de arcilla cocida con inscripciones en ambas caras y fechado a finales de la edad de Bronce. El propósito de uso y su origen aún no han sido determinados, lo que ha convertido a este objeto en uno de los más famosos misterios arqueológicos. Sus símbolos podrían representar una forma desconocida de jeroglíficos y hay estudios que lo asocian a un tipo de escritura utilizada en la antigua Creta.


Símbolos de Rongo Rongo







Estas tallas de madera, que fueron descubiertas en la isla de Pascua en el siglo XIX, corresponden a un sistema de escritura, posiblemente el único estructurado de Oceanía, pero todavía sin descifrar. Los glifos parecen representar siluetas de seres antropomórficos en diversas posturas, criaturas fantásticas semejantes a las aves, plantas y a otros animales terrestres y acuáticos, así como objetos celestes. Algunos de los estudiosos que han escrito sobre estas tallas de madera se han aventurado a considerar que podrían ofrecer pistas sobre el colapso de la civilización.



Escritura antigua Sumeria






La escritura es uno de los mayores inventos de la historia humana. Tal vez el mayor, ya que hizo la historia posible. Sin escritura, no puede haber acumulación de conocimientos, no hay registros históricos, no hay ciencia - y, por supuesto, no hay libros, periódicos o Internet. 

La primera verdadera palabra escrita que conocemos es la escritura cuneiforme de los sumerios, que consiste principalmente en impresiones en forma de cuñas sobre tablillas de arcilla - y se utilizó hace más de 5,000 años en Mesopotamia. Poco después la escritura apareció en Egipto, y mucho más tarde en Europa, China y Centroamérica. Nuestras civilizaciones han inventado cientos de diferentes sistemas de escritura. Algunos, como el que usted está leyendo ahora, se han mantenido en uso, pero la mayoría han caído en desuso. 

Estas escrituras 'muertas' nos intrigan de gran manera. Podemos ver que algo ha sido escrito, pero ¿qué dicen? 

Ese es el gran desafío de descifrar: penetrar profundamente en el pasado y escuchar las voces de los muertos. Cuando los jeroglíficos egipcios fueron descifrados en 1823, se amplió el lapso de la historia por más de 2000 años y nos permitió leer las palabras de Ramsés el Grande. El desciframiento de los glifos (escritura maya) reveló que en el Nuevo Mundo había una cultura sofisticada, quienes sabían leer y escribir en el momento que la historia del imperio romano se desarrollaba.

ETRUSCO (GRIEGO Y NO GRIEGO - escritura conocida, lenguaje desconocido)






Para aquellos interesados en el idioma y la escritura, los etruscos son un grupo fascinante y frustrante a la vez. Descifrar el lenguaje etrusco es como tratar de aprender Inglés, pero solamente partiendo de la lectura de lápidas. La escritura etrusca en una forma del antiguo alfabeto griego, pero el idioma es diferente a cualquier otro. Así, aunque las oraciones etruscas se pueden "leer", nadie tiene mucha idea de lo que significan, aparte de los nombres de las personas y lugares, es todo una revoltura de letras, palabras y frases.

Los etruscos fueron una civilización prehistórica que surgieron en el oeste de Italia - lo que ahora es parte de la Toscana y Umbria - y fue absorbido por el imperio romano en el primer siglo a.C. Los etruscos tenían un alto nivel de alfabetización, dejando miles de textos. Muchos objetos etruscos están inscritos con el alfabeto griego, casi con toda seguridad tomados de los colonos griegos que se asentaron en el oeste de Italia alrededor del 775 a.C.


LINEAL A (Escritura parcialmente conocida, lenguaje desconocido)





En 1900, el arqueólogo británico Arthur Evans descubrió no uno sino dos alfabetos desconocidos, Lineal A y Lineal B, ambos grabados sobre tablillas de arcilla, mientras excavaba en el "Palacio de Minos" en Cnosos, en la isla de Creta - considerada el centro de la Edad de Bronce- nos referimos a la civilización minoica. Uno de ellos, el Lineal B, fue famosamente descifrado en el 1952, convirtiéndose en el lenguaje "leíble' más antiguo de Europa. El otro, el Lineal A, sigue siendo indescifrable.

La escritura lineal B data de alrededor de 1450 aC. Es una forma arcaica de griego escrito, utilizado por los oradores que conquistaron partes de Creta alrededor de ese tiempo. La escritura lineal A es un lenguaje más antiguo, desde el siglo 18 a.C. Es la escritura de la civilización minoica, la única y sólida relación que tenemos con el idioma perdido de los minoicos.


ESCRITURA DEL INDO (escritura desconocida, lenguaje posiblemente conocido)






Los restos de la cultura del valle del Indo cubren un área de Pakistán y el noroeste de la India que es aproximadamente una cuarta parte del tamaño de Europa. En su apogeo, entre el 2,500 y 1,900 a.C., sus principales ciudades fueron comparables con las de Mesopotamia y Egipto.

Las exquisitamente talladas escrituras de esta civilización se conocen gracias a cerca de 5,000 inscripciones, muchas de ellas encontradas en piedras dispersas en las casas y calles de sus ciudades en ruinas. Un motivo frecuente en los sellos es un cuadrúpedo con cuernos como un unicornio (una criatura de la India, según la leyenda). Los textos son absolutamente breves. La duración promedio es de sólo cinco signos, y el más largo de sólo 20. Algunos investigadores han cuestionado si realmente se escribe, pero la mayoría suponen que sí.

El lenguaje de la civilización del Indo puede haber desaparecido por completo, aunque algunos especulan que se refiere o está relacionado a las lenguas drávidas ahora sólo habladas en el sur de la India y en Baluchistán, no muy lejos del valle del Indo, donde la lengua dravídica se conoce como Brahui.


jueves, 6 de septiembre de 2012

La extraña desaparación de Juan Pedro Martinez Gómez, el Niño de Somosierra

Juan Pedro, el niño de Somosierra, un niño que con tan solo 10 años desapareció en las inmediaciones de una carretera que unía Madrid con Segovia la noche del 23 de Junio de 1986, la noche de San Juan. Esa fatídica noche, Juan Pedro viajaba a bordo de un camión cisterna que trasportaba mas de 20 mil litros de ácido sulfúrico. Salieron de un pequeño pueblo de Murcia para dirigirse a Bilbao para vaciar dicho cargamento, conducidos por el padre, un experto ya conductor con muchos kilómetros recorridos, viajaban el niño y su madre, ya que después del trabajo en Bilbao la familia pasaría unos días de vacaciones en esta ciudad. Tras varias paradas para descansar e ir repostando el vehículo, un camión Volvo F-12, llegaron al Mesón Aragón en Cabanillas, justo en la falda de Somosierra. 


Eran las 05:30 de la madrugada, al parecer y siempre según la versión de la persona que les atendió, todo estaba tranquilo entre ellos, tomaron café plácidamente hasta su retorno a la carretera, viendo el empleado como se llevaba el mismo camión con el que habían llegado. En este momento comienza el enigma. 



Según el tacógrafo el camión realizó unas 12 paradas en un intervalo de 1 hora y poco mas, según los expertos, son demasiadas paradas ya que en este tiempo lo normal sería o bien no parar o parar un máximo de 2 veces, todas ellas de muy corto periodo de tiempo, incluso de segundos, al parecer tras cada parada, la conducción del mismo se volvía cada vez más agresiva, hasta que en un momento dado el camión parece ser que alcanza los 140 km/h durante la bajada, probocando esto un accidente de tal magnitud que después de este solo quedaba un vertido de ácido sulfúrico y un amasijo de hierros en medio de la carretera.
Y aquí comienza el misterio, tras la llegada de las fuerzas de seguridad del estado, comprueban que dentro de aquel amasijo de hierro se encontraban el cadáver del padre y de la madre de Juan Pedro, y al ver que no se podía hacer nada por ellos comenzaron las labores de limpieza y adecuación de la zona, ya que probocó un enorme caos el accidente por el producto que se transportaba. La sorpresa venía cuando los abuelos del niño alertaban de que en el vehículo viajaba un niño con ellos, entonces comenzó una búsqueda exaustiva que duraría muchísimo tiempo y en la que ya nunca jamás se volvería a saber nada de Juan Pedro.
Las primeras hipótesis apuntaban a algo lógico, se abrá quemado con el ácido, pero se descartó inmediatamente ya que el ácido súlfurico habría tardado unas 2 semanas aproximadamente en hacer desparecer por completo el cuerpo del niño.
Después de la investigación muchos testigos afirmaron que vieron al camión con un vehículo por delante, una Nissan Vanette por delante y que parecía que el camión la estaba siguiendo, también numerosos testigos del accidente afirman ver como dos personas con batas blancas se acercaban al amasijo de hierros y sacaban lo que ellos denominan "un bulto" y que automaticamente se marchaban de allí.
Actualmente el caso mantiene varias teorías que os expongo para que cada uno saque sus propias conclusiones.
Por el ácido: Estudios químicos demuestran que no fue así.
Secuestro: Es quizás la teoría más aceptable por los testigos que afirman ver como dos personas se acercaban al camión o ver al camión como persiguiendo a alguien.
Sacaron el cadáver para experimentar con él: Bueno por ahora no hay nada se que sostenga esta teoría.
Existe también un testigo que afirma que vio al niño con una pareja extranjera en un Bar y pidiendo leche para Juan Pedro, pero la verdad sobre esta información no he encontrado mucho.
Se hablan de muchas teorías, secuestro, muerto, experimentos, otra dimensión, etc, pero lo único que hay seguro es que ese niño desapareció dejando consigo un misterio que a día de hoy nadie ha sabido resolver. 

sábado, 1 de septiembre de 2012

La extraña desaparicion de David Guerrero, el Niño Pintor de Malaga


David Guerrero Guevara, el conocido como el niño pintor de Málaga, el día 6 de Abril de 1987 volvió del colegio junto con se hermano como cada día, tomó la merienda, y se preparó para marcharse a su primera exposición de pintura llamada "Recordando la Semana Santa" en LaMaison, David era un gran pintor para la edad que tenía, a las 18:30 cogió sus cosas, salió de casa y se dirigió a la parada del autobús que tenía a tan solo 150 metros de su casa, pero David nunca cogería ese autobús. 




Sobre las 20:30, su padre se dirigi´a LaMaison a recoger a David, a su llegada le dicen que el niño no ha pasado por allí en toda la tarde, así que el padre se acerca a la academia de pintura donde le dijo David que iría después de la exposición, pero allí tampoco había pasado en todo el día. 
El padre volvió a su casa y con una enorme preocupación lógica, decidieron esperar hasta el día siguiente para ver si aparecía. Pasadas las 24 horas tomaron la determinación ya de avisar a las autoridades. 
En los días posteriores la prensa se hizo eco de la notícia saliendo esta publicada en medios tanto escrita como visual, y lo que se sabia seguro es que David nunca llego a LaMaison. 
La fuga quedó rápidamente descartada, ya que parece ser que el niño era muy allegado a su família, con pocos amigos y muy centrado en la pintura. 





Las hipótesis principales barajaban el secuestro en el mundo de la pintura, ya que parece que es práctica habitual en algunos países secuestrar niños con talento para hacer explotar este mismo en beneficio propio, pero se fue descartando por que según entendidos en la materia comentaban que el niño tenia talento pero no el suficiente como para hacer plagios perfectos o crear arte maestro. También se descarto el secuestro con fin económico, ya que a parte de ser una família humilde, jamás recibieron una sola llamada ni nada por el estilo pidiendo ningún tipo de rescate 
Ese mismo día, La Reina Sofía visitaba Málaga, con lo cual el despliegue policial que había en las calles era de una magnitud que ya os podeis imaginar, ello hizo que la hipótesis de que fuera secuestrado a la fuerza se descartara practicamente de inmediato, ya que a parte de ser un niño muy conocido en el barrio, con lo que alguien lo hubiera visto merodeando con algún extraño, estaba toda Málaga cubierta por los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. A partir de aquí comienzan dos lineas de investigación que llevan a Lisboa y a la ayuda de un suizo. 
La teoría portuguesa se dió por que hubo una denuncia, al parecer en Pamplona, que decían haber visto a David a las afueras de la capital lusa, en los suburbios, acompañado por otras dos personas de su misma edad, a pesar de los esfuerzos de ambas policias, David no apareció y los funcionarios desplazados al país vecino volvieron con las manos vacias. 
La otra teoría es la que cobró mas fuerza, al parecer un adinerado ciudadano suizo tubo contacto con David, ya que el ultimo cuadro realizado por David era una caricatura de este individuo, lo que hizo creer a las autoridades que este hombre tendría algo que ver con la desaparición, parece ser que todo esto lo hizo por que David quería marcharse voluntariamente, algo que la família descarto rápidamente ya que como he comentado antes era muy allegado a ellos, pero el hilo de esta investigación se rompe cuando en Enero de 1988 fallece llevándose consigo toda información acerca del paradero del niño.
El caso fué llevado a las autoridades europeas por parte de Izquierda Unida en el Parlamento, así pues, Interpol comenzó la investigación que acabaría dando como desaparición extrema, que es cuando no tienen absolutamente nada por donde proseguir la investigación, para Interpol simplemente "se esfumó" de la faz de la Tierra, dejando tras de si una família completamente rota y hundida y como un día dijo su hermano para Cadena SER, "a la mama se le han secado las lágrimas de tanto llorar".