lunes, 20 de abril de 2015
En un manuscrito medieval francés, al Maestro Yoda encontrado han
¿Puede ser que un manuscrito medieval, escrito e ilustrado alrededor del año 1340, contenga una imagen de un personaje de la saga 'La Guerra de las Galaxias'? Es lo que se pregunta la prensa británica después de que el diario The Guardian haya entrevistado al conservador de la British Library o Biblioteca Británica, Julian Harrison. En efecto, en una de las páginas de Las decretales de Gregorio IX, también conocido como Decretales de Smithfield, editadas por Raimundo de Peñafort en Toulouse, Francia, entre los años 1300 y 1340 y conservadas en Londres, se puede ver un extraño personaje de color verdoso, túnica y largas orejas puntiagudas, que recuerda mucho al popular personaje del maestro Yoda. "Me encantaría decir que es Yoda dibujado por un viajero en el tiempo", dice Harrison, "pero en realidad es una ilustración relativa a la historia bíblica de Sansón". No obstante, el conservador afirma que no se sabe qué representa, aunque sí que el artista "tenía una imaginación desbordante". El libro está repleto de ilustraciones extrañas, como animales híbridos. Las decretales son colecciones de cartas papales con indicaciones acerca de la doctrina y ley de la Iglesia. El libro está digitalizado y se puede consultar y ver totalmente gratis en Internet.
Escafismo, tortura empleada por los persas
El Escafismo (en inglés Scaphism), también conocido como el método de tortura de la artesa o de la barca,1 se supone fue un antiguo método de ejecución practicada por el Imperio Persa en el año 401 A.C. diseñada para infligir una muerte por tortura y que fue descrito por los archienemigos de los Persas, los Griegos. El nombre proviene del griego σκάφη, skáphe, que significa "vaciado". Este consistía en meter a la víctima en un cajón de madera con cinco agujeros por los cuales sacaba la cabeza, las manos y los pies. Los verdugosuntaban estas partes del cuerpo con leche y miel para atraer a ellas a las moscas y otros insectos. El individuo que sufriría la condena era anteriormente alimentado con estos alimentos, algunas veces estando en mal estado. Ésto provocaba diarreas en la persona, lo que atraía a muchos insectos que empezaban a alimentarse de las heces del condenado, para luego ir ingresando en el ano de este y, por consiguiente, a dejar sus huevos dentro de él. Por lo que esa persona se convertía en comida para insectos y moría al cabo de unos días.
Plutarco comenta en su obra Vidas Paralelas:
Mandó el rey Artajerjes II, pues, que a Mitridates se le quitara la vida, haciéndole morir enartesado, lo que es en esta forma: tómanse dos artesas hechas de madera que ajusten exactamente la una a la otra, y tendiendo en una de ellas supino al que ha de ser penado, traen la otra y la adaptan de modo que queden fuera la cabeza, las manos y los pies, dejando cubierto todo lo demás del cuerpo, y en esta disposición le dan de comer, si no quiere, le precisan punzándole en los ojos; después de comer le dan a beber miel y leche mezcladas, echándoselas en la boca y derramándolas por la cara: vuélvenle después continuamente al sol, de modo que le dé en los ojos, y toda la cara se le cubre de una infinidad de moscas.
Como dentro no puede menos de hacer las necesidades de los que comen y beben, de la suciedad y podredumbre de las secreciones se engendran bichos y gusanos que carcomen el cuerpo, tirando a meterse dentro. Porque cuando se ve que el hombre está ya muerto, se quita la artesa de arriba y se halla la carne carcomida, y en las entrañas enjambres de aquellos insectos pegados y cebados en ellas. Consumido de esta manera Mitridates, apenas falleció el decimoséptimo día.
También se ejecutaba este suplicio metiendo al sentenciado dentro del vientre de un caballo u otro animal corpulento y dejando fuera las cinco partes del cuerpo mencionadas. De este modo, el reo quedaba entregado a los horrores de una doble putrefacción.
Prácticas similares
Richard Sair se refiere a un caso en la moderna China en el que un hombre fue encadenado en el exterior, donde varios mosquitos los picaron.
En la obra de Shakespeare The Winter's Tale, el pícaro Autolycus le dice al pastor y a su hijo que debido a que Perdita se ha enamorado del príncipe, su padre adoptivo será apedreado, mientras que su hermano adoptivo será sometido a el siguiente castigo:
Tiene un hijo que será desollado vivo; luego, untado de miel y expuesto ante un nido de avispas. Se le dejará allí hasta que sea tres cuartos y medio muerto; entonces se le hará volver en sí con aguardiente u otra cualquier infusión cálida, y después, sangrando como esté, en el día más caluroso que anuncie el almanaque, se le colocará contra una pared de ladrillos, donde el sol le mirará con su disco más meridional y donde le mirará el sol mientras las moscas le picarán hasta que siga la muerte.