Palomares es una pedanía del municipio costero almeriense de Cuevas del Almanzora. Con 1258 habitantes en 2004, la zona tiene como principales actividades económicas el turismo, la agropecuaria y la pesca.Se hizo mundialmente famosa el 17 de enero de 1966, cuando un bombardero estratégico norteamericano B-52 colisionó contra un KC-135 de reaprovisionamiento en vuelo a 30.000 pies sobre el Mediterráneo, frente a la costa almeriense, mientras intentaba practicar esta operación en el transcurso de unas maniobras de la Fuerza Aérea Norteamericana. Ambos aviones se desintegraron instantáneamente y cayeron en llamas entre la tierra y la mar. Siete tripulantes resultaron muertos y cuatro lograron saltar en paracaídas. El B-52 transportaba al menos cuatro, y puede que cinco, bombas termonucleares B28 de 1,5 megatones. Dos de ellas quedaron intactas, una en tierra y otra en el mar, y fueron recuperadas. Se dice que la del mar fue rescatada por un pescador local, pero probablemente lo hizo el minisubmarino Alvin de la US Navy a 869m de profundidad y 5 millas de la costa. Otras dos bombas impactaron en el suelo cerca del pueblo y los explosivos convencionales detonaron, esparciendo unos 20 kilogramos de plutonio altamente radiactivo por los alrededores: es extremadamente difícil que una bomba nuclear o termonuclear explote accidentalmente, pero los explosivos de disparo e implosión que contiene sí pueden hacerlo con relativa facilidad. Esto le costó al ejército norteamericano una operación de limpieza de 80 millones de dólares de la época, retirando 1.400 toneladas de tierra y tomateras que fueron transportadas a Savannah River. Se calcula que el 15% del plutonio, unos 3kg en estado natural, en óxidos y en nitratos, quedó esparcido en forma pulverizada y fue irrecuperable. Actualmente, Palomares es la localidad más radiactiva de España. Manuel Fraga Iribarne, ministro de turismo en la época, hizo la famosa astracanada de bañarse en sus playas para que el turismo no se asustara, probablemente a sabiendas de que el efecto de la radiactividad en estos casos no es puntual, sino acumulativo.
El gobierno franquista tampoco suministró protección de ninguna clase a los guardias civiles que participaron en la limpieza, protección que sí llevaba el personal norteamericano. El plutonio-239 -el utilizado para las armas nucleares- en estado alfa tiene una vida media de 24.100 años. No se han realizado estudios epidemiológicos sobre enfermedades asociadas a la radiactividad y a la toxicidad química del plutonio ni a nivel local ni entre los guardias civiles que participaron en la limpieza. La dictadura, bajo presión del Gobierno USA, mantuvo secretos los informes de monitorización médica hasta que el gobierno socialista finalmente los desclasificó en 1986. Sobre el 29% de la población de Palomares presenta trazas de plutonio radiactivo en su organismo. En la actualidad hay alguna que otra urbanización turística por los alrededores, lo bastante cerca como para que los chiquillos trasteen por ahí y los coches pasen levantando polvo que entra en el circuito del aire acondicionado. No obstante, el Consejo de Seguridad Nuclear ha prohibido la construcción en las zonas más afectadas.
Recientes mediciones relativas a la presencia de plutonio radiactivo (que se disuelve muy mal en el agua) en el plancton del Mediterráneo Español han hecho pensar a muchos científicos que hubo una quinta bomba, nunca recuperada y ocultada por los Estados Unidos a los gobiernos de la democracia.Un accidente similar ocurrió el 21 de enero de 1968 en la Base Aérea de Thule, en Groenlandia. Un accidente en pista provocó el incendio y posterior explosión del B52, que llevaba 4 bombas B28 como las de Palomares. Aquí sí se hizo estudio epidemiológico y la tasa de cáncer entre los trabajadores que participaron en la limpieza era un 50% superior a la de la población general. Hubo también informes de esterilidad y otros trastornos asociados a la radiactividad.Palomares es el accidente Broken Arrow (pérdida total de armas nucleares) más grave de la historia, que se conozca. Ya en 1961 había ocurrido otro Broken Arrow en Carolina del Norte, en este caso con dos bombas de uranio.
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