martes, 15 de diciembre de 2009

Apophis 99942:el asteroide asesino de 2036

Los venezolanos, igual que los habitantes de la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, tienen a partir de ahora un motivo más para preocuparse. De hecho, existe una posibilidad entre 45.000 de que reciban, el 13 de abril del año 2036, el impacto directo de un asteroide de casi 500 metros de diámetro y más de veinte millones de toneladas de peso. Este es, por lo menos, uno de los escenarios manejados por los astrónomos que siguen, desde su descubrimiento en 2004, la trayectoria del asteroide 99942, más conocido como Apophis.

Con una órbita alrededor del Sol que se parece bastante a la de la Tierra, esta gran roca espacial, una de las 127 consideradas por la NASA como potencialmente peligrosas, se cruza a menudo con nuestro planeta. Se ha calculado que los próximos acercamientos se producirán en los años 2013, 2021, 2029 y 2036. Los dos primeros no encierran peligro, ya que Apophis pasará lo suficientemente lejos como para que podamos dormir tranquilos.

En 2029, sin embargo, ambas trayectorias (la de la Tierra y la del asteroide) se aproximarán tanto que, cuando pase, Apophis estará a 38.000 kilómetros de distancia (algo más de una décima parte de la que nos separa de la Luna), y muy cerca de las órbitas que ocupan hoy muchos de nuestros satélites de comunicaciones.

Cambio de trayectoria

Y entonces sucederá algo que puede complicar mucho las cosas. La fuerza de gravedad de la Tierra modificará la trayectoria del asteroide, hecho que volverá mucho más peligroso el siguiente encuentro, el 13 de abril de 2036.

Poco después de ser detectado (en junio de 2004), al asteroide le fue asignado un nivel cuatro en la escala de Turín (que puntúa los riesgos de impacto de 0 a 10, donde 10 es una colisión segura), el máximo grado de peligrosidad de todos los cuerpos de este tipo monitorizados hasta entonces. En ese momento, las probabilidades de colisión en abril de 2036 aumentaron hasta una entre 37. Sin embargo, cálculos posteriores rebajaron su posición en la escala hasta el nivel uno, que ocupa actualmente, con la mencionada probabilidad de colisión de uno entre 45.000. Al año siguiente, en 2037, Apophis volverá a cruzarse con la Tierra, pero con una sola probabilidad de chocar con ella entre 12,3 millones...

En realidad, los expertos del programa NEO (Near Earth Objects) de la NASA han calculado que el 13 de abril de 2036 el asteroide podría caer sobre nuestro mundo en cualquier lugar a lo largo de una extensa franja que cruza en diagonal el Océano Pacífico, desde Siberia hasta las costas sudamericanas, y que se prolonga hasta los bordes del continente africano.

Lo más probable, en caso de que la colisión llegara realmente a producirse, es que el objeto, más grande que el Empire State, cayera directamente en el agua. Triste consuelo éste, ya que su tremenda energía (equivalente a más de cien mil bombas atómicas como la de Hiroshima) sería suficiente para provocar tsunamis de varios cientos de metros de altura. Olas monstruosas barrerían entonces las costas, con efectos devastadores en varios continentes.

Tomar decisiones

Una entre 45.000. Esta probabilidad, muy remota, ha sido suficiente, sin embargo, para que se piense seriamente en redactar un protocolo concreto de actuación, del que se haría responsable Naciones Unidas, cuyo texto definitivo podría ver la luz en el año 2009. «Alguien tendrá que tomar las decisiones», afirma Russel Schweickart, antiguo miembro de las misiones Apolo y fundador de la Asociación de Exploradores Espaciales, formada por veteranos astronautas y cosmonautas.

Dicha asociación es la máxima impulsora de la redacción de este tratado, que deberá determinar qué pasos concretos sería necesario seguir en el caso de que se confirme la existencia de un asteroide en trayectoria de impacto con la Tierra. La primera de las reuniones de trabajo para elaborar el documento tendrá lugar en mayo, en Estrasburgo.

Por su parte, el Congreso norteamericano ha apretado las tuercas a la NASA para que se tome más en serio la cuestión. Y es que la lista de objetos potencialmente peligrosos puede verse incrementada hasta varios miles en apenas una década. Los cráteres que muestran en su piel todos los planetas del Sistema Solar constituyen la mejor prueba de que, antes o después, algún gran cometa o asteroide volverá a chocar con la Tierra. Lo mejor es prepararse ahora, que estamos a tiempo...

1 comentario:

  1. Desde le momento que vivimos en este universo el riesgo ha sido inminente.

    Le pasó a los dinosaurios tambien.

    Salud.

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