miércoles, 2 de diciembre de 2009

El fin del agua potable

“Lo que abunda no daña” reza el dicho popular, que no siempre es aplicable, particularmente si de malgastar se trata. Es el caso del agua potable consumida en el área metropolitana. El agua es un bien que la naturaleza nos regala pero que no es de generación infinita ni existencia ilimitada.

Lamentablemente en nuestra argentina lo que es gratis o sin control o barato no se cuida. ¿Cual es la solución para que los ciudadanos usen el agua responsablemente, la necesaria, pero sin derroches? ¿Aumentar su costo o concientizar a la población?

AySA responsable de la potabilización, construcción y mantenimiento de la red de cañerías, como así también de los desagües cloacales y el tratamiento de las aguas servidas; informa que se consumen 500 litros diarios por habitante en su zona de servicios (Capital y 17 partidos bonaerenses).

Recordemos: sólo el 3% por ciento del esencial líquido disponible en el planeta puede ser potabilizado.

Compartimos la opinión y conceptos de una nota publicada por el diario La Nación, en la que menciona la importancia del manejo responsable del agua potable.

En el área metropolitana de Buenos Aires hay escasa conciencia, por no decir ninguna, sobre el uso racional de este recurso vital.

En los países desarrollados se consumen aproximadamente 50 litros diarios por persona (o sea solo el 10% de lo que AySA calcula); cubriendo esa cantidad con todas sus necesidades, (incluso la higiene personal y la de su morada), dato que la Organización Mundial de la Salud señala como suficientes.

Durante nuestro quehacer diario debemos ser conscientes que, aunque hoy nos parece muy abundante, inagotable, en un futuro cercano puede que escasee si no establecemos normas de racionalización en su consumo y medidas ecologicas en los reservorios y cursos de los ríos.

El agua cubre tres cuartas partes de la superficiede la Tierra (mares, ríos, lagos) y constituye del 50% al 90% por peso de todas las plantas y animales.

Se localiza principalmente en los océanos donde se concentra el 96,5% del agua total. Los glaciares y casquetes polares acumulan el 1,74%, los depósitos subterráneos (acuíferos) y los glaciares continentales 1,72% y el restante 0,04% la encontramos en lagos, la humedad del suelo, atmósfera, embalses, ríos y seres vivos.

En la naturaleza se presenta en tres estados: líquido fundamentalmente en los océanos, sólido (hielo en los glaciares y en los polos así como nieve en las zonas frías) y vapor (invisible) en el aire.

El agua es indispensable para la vida y es un paso esencial en la digestión de alimentos. Es el constituyente mayor de los seres vivos, estando incorporada a sus tejidos y órganos. El tejido adiposo del ser humano contiene entre un 22% y un 34% y en el hígado y corazón la proporción oscila entre un 70% y 80%.

El tejido con mayor contenido en agua es el nervioso, entre el 82% y 94%, en el óseo sólo un 22% y en el nervioso hasta en un 85%. Su papel es muy importante, hasta el punto que una pérdida de agua del 15% produce graves trastornos en los animales superiores.

El acceso al agua potable se ha incrementado sustancialmente durante las últimas décadas en la totalidad de la superficie terrestre.

Estudios de la FAO, estiman que uno de cada cinco países en vías de desarrollo tendrá problemas de escasez de agua antes del 2030; en esos países es urgente un menor gasto de agua en la agricultura modernizando los sistemas de riego y en las ciudades cuidando el consumo.

Debemos plantear objetivos precisos para que la ciudadanía asuma la conciencia necesaria que permita minimizar la utilización del agua y llevarlo a términos de uso racional.

Debe quedar claro que lo que hoy abunda mañana será un bien escaso y, muy probablemente, fuera del alcance del común de la humanidad. Basta con ver a grandes corporaciones y “gurúes” financieros invirtiendo en nuestro país, especialmente en la Patagonia, adquiriendo terrenos linderos a los ríos y lagos.Existen campañas de concientización en los niños; pero observamos a diario el despilfarro que la sociedad actual comete. Quizás el más ejemplificados lo vemos cuando se asean (baldean) las veredas. Mangueras abiertas dilapidando agua (que ha sido potabilizada a alto costo) o personas que “persiguen las hojitas” con el chorro que estas conducen.

Un inodoro con deficiencias puede llegar a desperdiciar 4.500 litros por día. Así el cuidado cotidiano se torna primordial.

No es cuestión de penar el malgasto, ni de colocar medidores de consumo en todas las casas, sino de capacitar al ciudadano en el uso responsable.

Los objetivo de AySA para el 2017 son el saneamiento del Riachuelo (tantas veces publicitado y ni siquiera con obras iniciadas) y para toda el área bajo su responsabilidad dar servicios de agua potable y cloacas a 1.777.000 residentes en el caso de desagües cloacales y a 1.060.000 nuevos usuarios agua.

Consumir agua potable en forma responsable es pensar en nuestros hijos y nietos, es decir, en el futuro de la humanidad. Cuidémosla.

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