miércoles, 9 de junio de 2010

El Enigma de la Piedra del Destino


Es el 30 de noviembre de 1996. Más de doce mil personas se arremolinan junto al castillo de Edimburgo para ver a una comitiva formada por altos dignatarios políticos y religiosos. Las tropas militares que los acompañan parecen escoltar un curioso tesoro. Se retira la enseña de San Patricio (la bandera nacional escocesa) y se iza la bandera inglesa, con motivo de la entrada del príncipe Andrés, que representa a la reina Isabel II. Luego tiene lugar una breve ceremonia en la que el reverendo escocés John MacIndoe acepta formalmente el tesoro de manos de Michael Forsyth, secretario británico para la nación escocesa. En contra de lo que pudiera parecer a simple vista, observando el enorme despliegue de seguridad y los relevantes personajes presentes en la ceremonia, el tesoro no consiste en valiosas joyas ni en objetos de oro o cosa por el estilo, no! Se trata, simplemente, de una antigua piedra. Pero su valor supera con creces al del más fabuloso botín con que pudiera soñar un emperador. Es una piedra perteneciente a la realeza escocesa y recibe diversos nombres. La Piedra del Destino, la Almohada de Jacob, Lia-Fail, la Piedra de Scone, etc.
Fue robada por los ingleses en 1246 y utilizada durante casi siete siglos en sus ceremonias de coronación real, pese a las airadas peticiones de los escoceses, que clamaban por su devolución. Hasta hace poco se encontraba en la capilla de San Andrés, bajo la silla del trono inglés, en la abadía de Westminster (Londres). La importancia de la Piedra reside en una leyenda que asegura el poder divino, o casi mágico de quien la posee. Pero ¿de dónde procede este enigmático símbolo mágico?
El sueño de Jacob

En la Biblia (Génesis 28,10-15) encontramos la primera pista: «Jacob se dirigía a Haran. Llegado a cierto lugar, pasó allí la noche. Ytomando una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal y se acostó en aquel sitio. Y tuvo un sueño: vio Jacob una escalera que se apoyaba en la tierra y cuya cima tocaba el cielo; y los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Sobre ella estaba Yahvé, que le dijo a Jacob: Yo soy Yavhé, el Dios de tu padre Abraham. La tierra en la que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia; ésta será como el polvo de la tierra, te extenderás hacia el Oriente y el Occidente y en ti y en tu descendencia serán benditas todas las tribus de la Tierra. Cuando Jacob despertó, tomó la piedra y la erigió en un monumento... Llamó a aquel lugar Betel (Ciudad de la Luz).
Posteriormente, Jacob y los suyos marcharon a Egipto, donde cedieron la Piedra a José. En 1453 a. de C., se produjo el Exodo desde el Valle del Nilo hacia la Tierra Prometida bajo la dirección de Moisés, quien llevó consigo la Piedra y otros tesoros. Durante la travesía del desierto, la extraña roca dio muestras de sus propiedades mágicas cuando, tras golpearla Moisés con un bastón, brotó agua de su interior. Años después, el misterioso símbolo pétreo llegó a Canaán, donde durante 800 años fue utilizado para la coronación de los reyes de Israel. También sirvió de pedestal para el Arca de la Alianza, que se encontraba en el Templo de Salomón, en Jerusalén.
En el año 602 a.C., el monarca babilonio Nabuconodosor invadió Jerusalén, profanó el templo y mató a Zedekías, rey de Israel. El profeta Jeremías, que era descendiente directo de Jacob, tomó a las dos hijas de Zedekías y algunos tesoros del templo, incluida la Piedra del Destino, y huyó a Egipto. Desde allí comenzó Jeremías su peregrinar a través del Mediterráneo, llevando consigo la Piedra y a toda su gente. Las tradiciones de Irlanda aluden a la llegada a sus tierras de un monje llamado Eremhon, que podría ser Jeremías, y de un personaje llamado Breagh, tal vez Simón Brec, que lideraban la expedición que transportaba la Piedra, la cual fue bautizada con el nombre de Lia-Fail (Piedra que habla). Desde entonces, los reyes irlandeses fueron coronados sobre la mágica roca en la colina de Tara.
La dinastía de reyes irlandeses continuó durante más de 1040 años hasta que Fergus, se llevó la Piedra del Destino a Escocia en el año 498 d.C., autoproclamándose primer rey de ese país. Desde entonces la Piedra estuvo en la abadía de Scone (Perthshire) y allí fueron coronados los reyes escoceses durante más de 700 años. En 1292 se utilizó la Piedra del Destino por última vez, pues cuatro años después fue robada por Eduardo I de Inglaterra, quien la trasladó a la abadía de Westminster. Desde entonces, permaneció bajo la silla de coronación real inglesa.
Utilizada desde tiempos remotos

La Piedra del Destino está hecha de arenisca amarilla, pesa unas 310 libras (152 kilos) y tiene una cruz latina grabada recientemente, además de unas marcas esculpidas con cincel en una cara. En su parte superior hay una ancha grieta, originada sin duda por el método usado para transportarla y que consistía en unas varas de madera que pasaban por los anillos de hierro que sobresalen de cada extremo de la roca. Respecto a la importancia que la familia real inglesa otorga a esta Piedra, es bien sabido que, cuando la Luftwaffe alemana bombardó Londres durante la II Guerra Mundial, se estableció un plan de emergencia para asegurar la reliquia. De su custodia se encargó un grupo secreto de diez hombres dirigidos por el Primer Ministro... Ni siquiera para proteger las joyas de la Corona se había organizado un proyecto de esta envergadura.
El profesor Harold Totten, catedrático de Ciencias de la Universidad de Yale, ha concluido que la razón por la que este objeto es fundamental en la monarquía escocesa, más que por la tradición que habla del sueño de Jacob, es porque los reyes están convencidos que la Enigmática y Misteriosa Piedra del Destino, posee poderes mágicos que a los soberanos les da sabiduría, riqueza y salud!...

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