Hasta hace un año Twinkle era una niña normal y asistía a clases diariamente, tenia amigos y una vida tranquila, pero un día al despertar amaneció bañada en sangre, y desde entonces no ha dejado de sangrar, llegando al grado de hacerlo de cinco a veinte veces al día.
Y si ustedes piensan que lo peor es lo que pasa con su cuerpo, ella tiene que enfrentarse a algo aún peor que es vivir en una sociedad que la discrimina, la tacha de maldita y la ofenden al verla, lo cual la ha obligado a no salir de casa, abandonar sus estudios y cambiar por completo su estilo de vida.
Ella es hija de una familia muy pobre y por el mismo motivo no tienen los medios para buscar atención profesional, ni ayuda de médicos que puedan atender su padecimiento, pues los curanderos locales solo le dicen que es un desorden de la sangre pero ni ellos mismos entienden lo que sucede.
Aunque existe una pequeña esperanza para Twinkle y su madre Nandani Diwedi, pues un medico británico de nombre: Drew Provan, del Barts Hospital de Londres afirma que la niña padece el tipo II de la enfermedad de Von Willebrand y cree que existe la posibilidad de salvarla si se atiende oportunamente con especialistas de otros países.
Lo malo del caso es que por la extrema pobreza en la que vive, no puede viajar ni mucho menos pagar algún tratamiento para resolver su problema de salud.
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