La superstición y las artes mágicas siempre han fascinado a las personas y siguen aún hoy en día haciéndolo. Actualmente se sigue consultando el horóscopo o se visitan videntes. Si esto pasa en la actualidad, imagínense lo que pasaba en la Edad Media con muchos menos adelantos, muchas más supersiticiones, una ciencia menos avanzada, menos cultura en la gente. Por aquella época se recurría a filtros de amor, recetas mágicas, encantamientos, maldiciones...
Durante la Antiguedad y buena parte de la Edad Media, muy poco tenía la Iglesia en contra de las brujas. Los creyentes debían ser instruidos en la práctica insensata de la magia negra, pero no eran perseguidos ni quemados en hogueras. Básicamente pensaban que la brujería no era algo realmente grave, ni peligroso para la fe cristiana, sino sipmlemente una ilusión que podía perjudicar al ser humano.A partir de Inocencio IV (reinó de 1243 a 1254), la tortura se oficializó. Si bién ya se practicaba, aún fueron más sádicos en sus procedimientos y sin ningún problema en hacer cualquier cosa para conseguir cualquier tipo de declaración. Así las brujas volaban, hacían aquelarres, se comían niños. Bajo tortura se puede admitir cualquier hecho.
Así, con estas confesiones, el pánico creció entre la población. Cualquiera parecía ser bruja. Todo que salía mal era culpa de las brujas. Malas cosechas, epidemias, catástrofes...Se las buscaba y preparando una hoguera y quemándolas todo esto ya no sucedía para muchas personas. Solución criminal que acabó con vidas inocentes. Nunca sabremos cuanta gente, sin culpa alguna, murió de esta forma tan estúpida y sobre todo, en nombre de la Santísima Iglesia.
Pero la verdadera caza de brujas empezaría con Inocencio VGIII en 1484. El principio del exterminio institucionalizado. "Sumnis desiderantes affectibus" fue el nombre de la bula promulgada por el sumo pontífice en esa fecha y que era la más clara autentificación de la brujería. Todo aquel que la ignorase era un hereje.Así, con estas confesiones, el pánico creció entre la población. Cualquiera parecía ser bruja. Todo que salía mal era culpa de las brujas. Malas cosechas, epidemias, catástrofes...Se las buscaba y preparando una hoguera y quemándolas todo esto ya no sucedía para muchas personas. Solución criminal que acabó con vidas inocentes. Nunca sabremos cuanta gente, sin culpa alguna, murió de esta forma tan estúpida y sobre todo, en nombre de la Santísima Iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario