Josef Mengele, nacido en Gunzburg en 1911, era hijo del rico industrial en el rubro de maquinarias Karl Mengele, un nazi acérrimo que en 1933 ofreció su salón industrial a Hitler para que pronunciara discursos en los mitines del Partido Nazi. Los negocios de la familia crecieron con amplias facilidades durante el régimen nacional socialista.
A partir de las convicciones de Otmar von Verschuer, Mengele se convirtió en un antisemita acérrimo, convencido plenamente de la superioridad de la raza aria. Militante de las juventudes hitlerianas, pronto solicitó su incorporación a las SA y luego a las SS. Como médico, Mengele nunca ejerció la medicina curativa, sino más bien se dedicó al estudio genético-racial.
Trasladado al frente ruso al inicio de la guerra, en Rostov resultó herido en una pierna y fue declarado no apto para el combate. Gracias a su comportamiento brillante frente al enemigo en el frente oriental fue ascendido al rango de capitán. Fue re-asignado entonces como Lagerarzt, médico de campo de concentración. Mengele se convirtió en el oficial médico en jefe del principal campo de enfermería de Birkenau. Sin embargo, no fue el oficial médico en jefe de Auschwitz; dado que se encontraba al mando de Eduard Wirt.
Fue durante su estancia de 21 meses en Auschwitz cuando el doctor Mengele alcanzó la fama, ganándose el apodo de "ángel de la muerte". Cuando los vagones de tren repletos de prisioneros llegaban a Auschwitz II (Birkenau), eran recibidos por Mengele en el andén que seleccionaba a los más aptos para sus experimentos.
Los supervivientes de este campo que conocieron a Mengele lo describían como un oficial impecablemente acicalado, muy apuesto y perfumado, que pocas veces demostró humanitarismo respecto de alguno de los condenados, e incluso mató personalmente a algunos cautivos por desobedecer las reglas. Mengele se mostró particularmente duro con aquellas internas que quedaban embarazadas de los guardias. Madre e hija nacida o no-nata iban a la cámara de gas.
Muchas veces en los vagones en que se traía a los condenados quedaban cadáveres de madres con sus hijos aún vivos en los vagones, y Mengele ordenaba lanzar esas criaturas directamente al horno de la lavandería para que sirvieran de combustible. Más tarde cambió de actitud: permitió a las embarazadas dar a luz, y los bebes nacidos eran confiscados para ir a dar a una sala de experimentación en otro lugar del campo.
Prácticamente todos los experimentos de Mengele carecían de valor científico, pero fueron financiados por el gobierno nazi. Incluyeron, por ejemplo, intentos de cambiar el color de los ojos mediante la inyección de sustancias químicas en los ojos de niños, amputaciones diversas y otras cirugías brutales y, al menos en una ocasión, un intento de crear siameses artificialmente mediante la unión de venas de hermanos gemelos (la operación fue un fracaso y el único resultado fue que las manos de los niños se infectaron gravemente). Las personas objeto de los experimentos de Mengele, en caso de sobrevivir al experimento, fueron casi siempre asesinados para su posterior disección.
Mengele también se interesó en el virus etno-específico, realizó experimentos con gitanos y judíos que tenían enfermedades hereditarias de enanismo, síndrome de Down, siameses y otras afecciones e incluso con mellizos, diseccionándolos vivos.
El comandante de Auschwitz, Richard Baer, recibió el 26 de noviembre de 1944 la rara noticia de que por orden de Hitler se debía desmantelar la instalación decayendo el ritmo de exterminio del campo. Pocas semanas atrás, Mengele había enviado su última redada al exterminio, y supuso que las órdenes significaban que Alemana perdía la guerra, por lo que huyó del campo de concentración el 17 de enero de 1945, diez días antes de la llegada de los soviéticos.
Más tarde se dirigió hacia el oeste camuflado como un miembro de la infantería regular alemana con identidad falsa y tras esconderse un tiempo en Gunzburg y luego en Baviera, viajó al Paraguay en 1949, donde vivió plácidamente con dinero enviado por la empresa familiar por muchos años, gozando incluso de ciudadanía paraguaya. Había contactado con Stroessner gracias al piloto Hans Rudel, por entonces bien relacionado en Argentina.
Aunque luego se trasladó al Brasil, donde adoptó la identidad falsa de Pedro Gerhard, su presencia en Paraguay era frecuente. La comunidad alemana era muy apreciada por Stroessner, descendiente de bávaros. Un extendido rumor da cuenta que el dictador recibió tratamientos para su cáncer de piel del mismo ángel de la muerte, lo cual hizo de Mengele un personaje influyente y temido en Paraguay.
Cuando se supo que Mengele se divorció por correspondencia de su esposa Irene, los grupos antinazis y Simon Wiesenthal iniciaron una intensa búsqueda, a la que incluso se sumó el gobierno alemán, que pidió su extradición bajo la acusación de genocidio. De todas maneras, Paraguay era el país más reacio del mundo para conceder extradiciones, y menos aún a un personaje admirado por el gobernante.
A pesar de los esfuerzos internacionales en rastrearle, jamás fue detenido y vivió impunemente durante 35 años bajo diversas identidades falsas. Increíblemente, ni el Mossad ni Wiesenthal lograron ubicarlo a pesar de que su hijo Rolf pudo visitarlo un par de veces e intercambiar correspondencia.
La versión oficial de su muerte, durante el año 1979, afirma que se golpeó con un madero mientras nadaba en una playa llamada Bertioga y se ahogó y que fue enterrado en un cementerio en Embu con un nombre falso, Wolfang Gerdhard. Sólo asistió su hijo Rolf. Supuestamente, seis años después sus restos fueron exhumados y supuestamente identificados por un defecto dental que poseía entre sus dientes superiores, además de coincidencias en edad y estatura.
Se afirma que los análisis de ácidos nucleicos confirmaron finalmente su identidad en 1992. Sin embargo, descendientes de alemanes que residen en un paraje de Paraguay conocido como Altos, antiguo centro de operaciones de los nazis, aseguran que lo veían todavía hacia principios de 1989 en la zona.
A partir de las convicciones de Otmar von Verschuer, Mengele se convirtió en un antisemita acérrimo, convencido plenamente de la superioridad de la raza aria. Militante de las juventudes hitlerianas, pronto solicitó su incorporación a las SA y luego a las SS. Como médico, Mengele nunca ejerció la medicina curativa, sino más bien se dedicó al estudio genético-racial.
Trasladado al frente ruso al inicio de la guerra, en Rostov resultó herido en una pierna y fue declarado no apto para el combate. Gracias a su comportamiento brillante frente al enemigo en el frente oriental fue ascendido al rango de capitán. Fue re-asignado entonces como Lagerarzt, médico de campo de concentración. Mengele se convirtió en el oficial médico en jefe del principal campo de enfermería de Birkenau. Sin embargo, no fue el oficial médico en jefe de Auschwitz; dado que se encontraba al mando de Eduard Wirt.
Fue durante su estancia de 21 meses en Auschwitz cuando el doctor Mengele alcanzó la fama, ganándose el apodo de "ángel de la muerte". Cuando los vagones de tren repletos de prisioneros llegaban a Auschwitz II (Birkenau), eran recibidos por Mengele en el andén que seleccionaba a los más aptos para sus experimentos.
Los supervivientes de este campo que conocieron a Mengele lo describían como un oficial impecablemente acicalado, muy apuesto y perfumado, que pocas veces demostró humanitarismo respecto de alguno de los condenados, e incluso mató personalmente a algunos cautivos por desobedecer las reglas. Mengele se mostró particularmente duro con aquellas internas que quedaban embarazadas de los guardias. Madre e hija nacida o no-nata iban a la cámara de gas.
Muchas veces en los vagones en que se traía a los condenados quedaban cadáveres de madres con sus hijos aún vivos en los vagones, y Mengele ordenaba lanzar esas criaturas directamente al horno de la lavandería para que sirvieran de combustible. Más tarde cambió de actitud: permitió a las embarazadas dar a luz, y los bebes nacidos eran confiscados para ir a dar a una sala de experimentación en otro lugar del campo.
Prácticamente todos los experimentos de Mengele carecían de valor científico, pero fueron financiados por el gobierno nazi. Incluyeron, por ejemplo, intentos de cambiar el color de los ojos mediante la inyección de sustancias químicas en los ojos de niños, amputaciones diversas y otras cirugías brutales y, al menos en una ocasión, un intento de crear siameses artificialmente mediante la unión de venas de hermanos gemelos (la operación fue un fracaso y el único resultado fue que las manos de los niños se infectaron gravemente). Las personas objeto de los experimentos de Mengele, en caso de sobrevivir al experimento, fueron casi siempre asesinados para su posterior disección.
Mengele también se interesó en el virus etno-específico, realizó experimentos con gitanos y judíos que tenían enfermedades hereditarias de enanismo, síndrome de Down, siameses y otras afecciones e incluso con mellizos, diseccionándolos vivos.
El comandante de Auschwitz, Richard Baer, recibió el 26 de noviembre de 1944 la rara noticia de que por orden de Hitler se debía desmantelar la instalación decayendo el ritmo de exterminio del campo. Pocas semanas atrás, Mengele había enviado su última redada al exterminio, y supuso que las órdenes significaban que Alemana perdía la guerra, por lo que huyó del campo de concentración el 17 de enero de 1945, diez días antes de la llegada de los soviéticos.
Más tarde se dirigió hacia el oeste camuflado como un miembro de la infantería regular alemana con identidad falsa y tras esconderse un tiempo en Gunzburg y luego en Baviera, viajó al Paraguay en 1949, donde vivió plácidamente con dinero enviado por la empresa familiar por muchos años, gozando incluso de ciudadanía paraguaya. Había contactado con Stroessner gracias al piloto Hans Rudel, por entonces bien relacionado en Argentina.
Aunque luego se trasladó al Brasil, donde adoptó la identidad falsa de Pedro Gerhard, su presencia en Paraguay era frecuente. La comunidad alemana era muy apreciada por Stroessner, descendiente de bávaros. Un extendido rumor da cuenta que el dictador recibió tratamientos para su cáncer de piel del mismo ángel de la muerte, lo cual hizo de Mengele un personaje influyente y temido en Paraguay.
Cuando se supo que Mengele se divorció por correspondencia de su esposa Irene, los grupos antinazis y Simon Wiesenthal iniciaron una intensa búsqueda, a la que incluso se sumó el gobierno alemán, que pidió su extradición bajo la acusación de genocidio. De todas maneras, Paraguay era el país más reacio del mundo para conceder extradiciones, y menos aún a un personaje admirado por el gobernante.
A pesar de los esfuerzos internacionales en rastrearle, jamás fue detenido y vivió impunemente durante 35 años bajo diversas identidades falsas. Increíblemente, ni el Mossad ni Wiesenthal lograron ubicarlo a pesar de que su hijo Rolf pudo visitarlo un par de veces e intercambiar correspondencia.
La versión oficial de su muerte, durante el año 1979, afirma que se golpeó con un madero mientras nadaba en una playa llamada Bertioga y se ahogó y que fue enterrado en un cementerio en Embu con un nombre falso, Wolfang Gerdhard. Sólo asistió su hijo Rolf. Supuestamente, seis años después sus restos fueron exhumados y supuestamente identificados por un defecto dental que poseía entre sus dientes superiores, además de coincidencias en edad y estatura.
Se afirma que los análisis de ácidos nucleicos confirmaron finalmente su identidad en 1992. Sin embargo, descendientes de alemanes que residen en un paraje de Paraguay conocido como Altos, antiguo centro de operaciones de los nazis, aseguran que lo veían todavía hacia principios de 1989 en la zona.
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