jueves, 14 de octubre de 2010

Una nueva amenaza: Bombas Electromagneticas


Cuando se habla del comienzo de una nueva guerra, no visualizamos en el futuro un destello nuclear ni los gritos lastimeros de los moribundos del virus del Ébola o su equivalente obtenidos por los genetistas. En realidad, a lo lejos se oye un chasquido seco, las luces fluorescentes se apagan y los aparatos de televisión dejan de funcionar, incluso afuera en las calles, empieza un ominoso parpadeao, se percibe un olor a ozono y se observa el resplandor de los cables de plástico espumoso. Su PDA y su reproductor de MP3 se calentarán considerablemente, ya que sus baterías están sobrecargadas. El equipo va a morir, y todos los datos en él morirán. Luego te das cuenta de que el mundo y el sonido son diferentes: se interrumpen el funcionamiento de los motores de combustión interna, la música de fondo de la civilización.

Todos los Motores dejan de funcionar, excepto algunos motores de diesel. Estarás sano y salvo, pero has retrocedido a 200 años atrás, a una época en la que la palabra “electricidad” solo significaba un rayo dividiendo el cielo nocturno. Esto – no sólo es un escenario hipotético como el “Error programación del año 2000? y es una evaluación realista de los posibles daños, que, según el Pentágono, puede ser causadas por una nueva generación de armas – las bombas electromagnéticas.

La primera gran prueba para el desarrollo de las bombas electromagnéticas se programó para 2002, pero aún no ha tenido lugar. Según una versión, si se quiere probar una bomba electromagnética será sobre Irak. En última instancia, las esperanzas del ejército son que, utilizando esta tecnología se pueda hacer estallar un vuelo de proyectiles de artillería. La Marina quiere usar un pulso de microondas de gran alcance de las bombas electromagnéticas para neutralizar cualquier misiles, convencional o nuclear.

La Fuerza Aérea va a proporcionar bombas electromagnéticas a sus bombarderos, aviones de ataque, misiles de crucero y vehículos aéreos no tripulados. Cuando esta tecnología sea puesta en servicio, será una de las armas más sofisticadas tecnológicamente, y creara un nuevo sistema militar de los Estados Unidos.

Pero existe otra historia de la bomba electromagnética, otro lado, del cual los militares se muestran reacios a hablar. Mientras que la versión americana de esta arma se basa en las tecnologías más avanzadas, los terroristas podrían alcanzar la fuerza destructiva de lo misma sin el uso de alta tecnología y mucho más barata. Según la PM, la más simple arma de este tipo se pueden crear con una inversión de 400 dólares EE.UU.

Una vieja idea nueva

La teoría que subyace a la bomba electromagnética, se propuso en 1922-23 por el físico Arthur Compton no era para construir bombas, sino para estudiar los átomos. Compton indicó que el bombardeo de átomos de bajo número atómico con flujo de fotones de alta energía conduce a la emisión por parte de estos átomos de un flujo de electrones. En física se conoce este fenómeno como el efecto Compton. Sirvió como un instrumento importante para estudiar los secretos del átomo.

Es curioso que la investigación nuclear llevó a una inesperada demostración de la potencia del efecto Compton y creó un nuevo tipo de arma.

En 1958, los desarrolladores del arma nuclear detonada de altura sobre el Océano Pacífico hasta la bomba de hidrógeno. La explosión provocó una lluvia de rayos gamma, que chocaron con los átomos de oxígeno e hidrógeno, y crearon un tsunami electrónico que se propagó a cientos de millas. En Hawai, las luces de la calle se apagaron, y los sistema de navegación en todas partes tan distantes como Australia se redujeron por 18 horas.

Los Estados Unidos se comprometió a estudiar la manera de proteger a la electrónica de tales pulsos electromagnéticos (EMP) pero también se propuso el desarrollo de armas basadas en ellos.

Muchas de estos proyectos son de carácter secreto, pero, presumiblemente, en la actualidad los principales esfuerzos se concentran en el uso de los superconductores de alta temperatura para crear campos magnéticos intensos. Expertos en terrorismo refieren, sin embargo, el concepto de que los estadounidenses consideran, pero que han “rechazado”: el generador magnético de compresión de flujo (GSMP).

Bomba electromagnética para los pobres

GSMP – El arma es sorprendentemente simple. Consiste, como se ha indicado, de un tubo lleno de explosivos y colocado dentro de una bobina de cobre.



Un instante antes de la detonación de las cargas químicas corrientes, una batería de condensadores entra en la bobina y crea un campo magnético. La detonación de la carga se distribuye desde el extremo posterior del tubo a la parte delantera. Una ampliación de la sonda toca el borde de la liquidación y crea un circuito en movimiento corto. El circuito en movimiento comprime el campo magnético y, al mismo tiempo reduce la inductancia de los bobinados del estator.

Como resultado, se crea un pulso cada vez de GSMP, que se rompe antes de la destrucción final del dispositivo. Según los resultados publicados, se tiene un crecimiento en decenas o cientos de microsegundos, del amperaje pico – en decenas de millones de amperios. En comparación con la recepción de las señales eléctricas se ve como un relámpago.

La única protección contra el ataque de este tipo es utilizar la – jaula de Faraday (CE).

El sendero indio

Las fuerzas armadas indias han puesto en duda la posibilidad de utilizar el Fondo de Cohesión.

En primer lugar, los pulsos de alta frecuencia pueden obtenerse a través de agujeros en la FQ. El segundo problema se conoce como “retraso en las acciones de la radiación electromagnética” y es la característica más peligrosa de la GSMP. Este efecto se manifiesta en los primeros 15 minutos después de la detonación. En este momento, el EMR, penetra a través del sistema eléctrico, crea en ellos los campos magnéticos localizados. Cuando produce el decaimiento los campos de espigas afiladas se distribuyen en el sistema de alimentación eléctrica. Debido a este efecto, “de la batería de fuegos artificiales” los terroristas no tienen la necesidad de colocar las bombas electromagnéticas directamente sobre los objetivos que se quieren destruir. De tal forma que los teléfonos y centros de transferencia electrónica de fondos, pueden ser atacados por los canales de energía y telecomunicaciones.

Para destruir los cimientos de la sociedad moderna, una bomba electromagnética es suficiente para apagar, computadoras y equipos de comunicaciones. En una era de terrorismo, con el apoyo de los países del Tercer Mundo, una bomba electromagnética es el gran ecualizador.

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