El incidente de la cinta equivocada (Estados Unidos)
Poco antes de las 9 de la mañana del 9 de noviembre de 1979, los ordenadores del NORAD en Monte Cheyenne, el Mando Nacional Militar del Pentágono y el Mando Alternativo Nacional Militar en Fort Ritchie (Maryland) notificaron súbitamente la existencia de un ataque nuclear soviético masivo de la categoría MAO-3.
Poco antes de las 9 de la mañana del 9 de noviembre de 1979, los ordenadores del NORAD en Monte Cheyenne, el Mando Nacional Militar del Pentágono y el Mando Alternativo Nacional Militar en Fort Ritchie (Maryland) notificaron súbitamente la existencia de un ataque nuclear soviético masivo de la categoría MAO-3.
Todo el sistema de represalia nuclear se puso en marcha, todas las prealertas se transmitieron, los bombarderos despegaron, la defensa civil llegó a activarse. Sin embargo, los datos procedentes de los satélites y de los radares por línea directa no coincidían, no veían ningún misil soviético mientras los ordenadores aseguraban que había al menos 300 dirigiéndose a toda velocidad hacia los Estados Unidos.
La cordura se impuso y no se produjo ninguna represalia, ni siquiera cuando los ordenadores comenzaron a notificar impactos en el territorio continental de los Estados Unidos A esas alturas, ya era evidente que se trataba de alguna clase de fallo informático. En efecto, unas horas después se comprobó que alguien había introducido inadvertidamente una cinta de entrenamiento como fuente de datos del ordenador central de la red de análisis de amenazas. Se da la circunstancia de que por aquella época se estaba considerando la posibilidad de computarizar completamente el sistema de represalia nuclear, especialmente después que, en unas maniobras "realistas" casi el 50% de la fuerza de los ICBM estadounidenses no despegara debido a problemas de conciencia de los operadores de los silos.
Estos hechos trascendieron vagamente a la opinión pública y dieron lugar a la famosa película Wargames (Juegos de Guerra, 1983).
El incidente del chip defectuoso (Estados Unidos)
El 3 de junio de 1980, menos de un año después del anterior, los centros de mando norteamericanos recibieron otro aviso de que había un ataque nuclear soviético en marcha. Sin embargo, esta vez el ataque no parecía obedecer a ninguna lógica consistente, y además a veces los ordenadores decían que había 200 misiles soviéticos en el aire, luego que ninguno, luego otra vez que 200, y las cifras no coincidían en los distintos puestos de mando.
Esta vez no se lo tomaron tan en serio y prestaron inmediatamente atención a los datos directos de los radares y los satélites, viendo que no había ningún ataque en curso. Se determinó luego que un chip defectuoso en uno de los ordenadores había ocasionado la falsa alarma. Este incidente no trascendió a la opinión pública hasta muchos años después.
El incidente del equinoccio de otoño (URSS)
El sistema ruso de satélites de alerta temprana OKO funciona de manera distinta al DSP estadounidense. Mientras el estadounidense enfoca directamente al suelo, el ruso tiene una órbita especial, similar a la de los satélites de telecomunicaciones Molniya, que enfoca a la línea del horizonte, para detectar a los misiles conforme asciendan sobre la misma. A este tipo de órbitas polares, que se aproximan bastante a la Tierra en el hemisferio sur y se alejan de ella en el Norte, se les denomina genéricamente "órbitas Molniya". De esta manera, con un solo satélite se puede cubrir mucho más espacio y además es más difícil que reflejos o artefactos propios de la superficie o de la atmósfera terrestre produzcan falsas alarmas. Este método es mejor, más económico, más ingenioso y más difícil de inutilizar que el estadounidense.
La cordura se impuso y no se produjo ninguna represalia, ni siquiera cuando los ordenadores comenzaron a notificar impactos en el territorio continental de los Estados Unidos A esas alturas, ya era evidente que se trataba de alguna clase de fallo informático. En efecto, unas horas después se comprobó que alguien había introducido inadvertidamente una cinta de entrenamiento como fuente de datos del ordenador central de la red de análisis de amenazas. Se da la circunstancia de que por aquella época se estaba considerando la posibilidad de computarizar completamente el sistema de represalia nuclear, especialmente después que, en unas maniobras "realistas" casi el 50% de la fuerza de los ICBM estadounidenses no despegara debido a problemas de conciencia de los operadores de los silos.
Estos hechos trascendieron vagamente a la opinión pública y dieron lugar a la famosa película Wargames (Juegos de Guerra, 1983).
El incidente del chip defectuoso (Estados Unidos)
El 3 de junio de 1980, menos de un año después del anterior, los centros de mando norteamericanos recibieron otro aviso de que había un ataque nuclear soviético en marcha. Sin embargo, esta vez el ataque no parecía obedecer a ninguna lógica consistente, y además a veces los ordenadores decían que había 200 misiles soviéticos en el aire, luego que ninguno, luego otra vez que 200, y las cifras no coincidían en los distintos puestos de mando.
Esta vez no se lo tomaron tan en serio y prestaron inmediatamente atención a los datos directos de los radares y los satélites, viendo que no había ningún ataque en curso. Se determinó luego que un chip defectuoso en uno de los ordenadores había ocasionado la falsa alarma. Este incidente no trascendió a la opinión pública hasta muchos años después.
El incidente del equinoccio de otoño (URSS)
El sistema ruso de satélites de alerta temprana OKO funciona de manera distinta al DSP estadounidense. Mientras el estadounidense enfoca directamente al suelo, el ruso tiene una órbita especial, similar a la de los satélites de telecomunicaciones Molniya, que enfoca a la línea del horizonte, para detectar a los misiles conforme asciendan sobre la misma. A este tipo de órbitas polares, que se aproximan bastante a la Tierra en el hemisferio sur y se alejan de ella en el Norte, se les denomina genéricamente "órbitas Molniya". De esta manera, con un solo satélite se puede cubrir mucho más espacio y además es más difícil que reflejos o artefactos propios de la superficie o de la atmósfera terrestre produzcan falsas alarmas. Este método es mejor, más económico, más ingenioso y más difícil de inutilizar que el estadounidense.
Sin embargo, el 26 de septiembre de 1983, sólo 25 días después del derribo del Jumbo surcoreano por las Fuerzas Aéreas Soviéticas, con la dirigencia de la URSS aún convencida de que se trataba de un avión espía o de "tanteo de defensas", los satélites OKO detectaron súbitamente el lanzamiento de numerosos ICBM norteamericanos contra la Unión Soviética. Nada de análisis de los ordenadores: los satélites detectaban genuinas trazas térmicas de alta temperatura ascendiendo sobre el horizonte, y los ordenadores identificaron cinco de ellas como correspondientes a misiles balísticos intercontinentales Minuteman sin duda alguna.
Pues pese a todas estas evidencias, el teniente coronel Stanislav Petrov, del GRU (inteligencia militar soviética), en esos momentos al mando de Serpukhov-15 (centro de mando de la inteligencia militar soviética desde donde se coordina la defensa aeroespacial rusa) mantuvo la sangre fría y se negó a dar la alerta. Cuando le preguntaron después por qué no lo hizo, contestó simplemente: "la gente no empieza una guerra nuclear con sólo cinco misiles".
Resulta que aquel día se había producido una rara conjunción entre la red de satélites OKO, la Tierra y el Sol, coincidiendo con el equinoccio de otoño: el Sol se elevó sobre el horizonte en un ángulo tal que coincidía con el área tangencial de cobertura de todos los satélites que vigilaban los campos misilísticos norteamericanos, y esto produjo en sus sensores señales térmicas espurias. Este efecto estaba previsto por los diseñadores del sistema, pero no está claro si Petrov era conocedor del mismo o no.
El incidente del cohete noruego (Rusia)
Pues pese a todas estas evidencias, el teniente coronel Stanislav Petrov, del GRU (inteligencia militar soviética), en esos momentos al mando de Serpukhov-15 (centro de mando de la inteligencia militar soviética desde donde se coordina la defensa aeroespacial rusa) mantuvo la sangre fría y se negó a dar la alerta. Cuando le preguntaron después por qué no lo hizo, contestó simplemente: "la gente no empieza una guerra nuclear con sólo cinco misiles".
Resulta que aquel día se había producido una rara conjunción entre la red de satélites OKO, la Tierra y el Sol, coincidiendo con el equinoccio de otoño: el Sol se elevó sobre el horizonte en un ángulo tal que coincidía con el área tangencial de cobertura de todos los satélites que vigilaban los campos misilísticos norteamericanos, y esto produjo en sus sensores señales térmicas espurias. Este efecto estaba previsto por los diseñadores del sistema, pero no está claro si Petrov era conocedor del mismo o no.
El incidente del cohete noruego (Rusia)
ICBM Misil Minuteman III en el lanzamiento.
Al amanecer del 25 de enero de 1995 los noruegos -país miembro de la OTAN- lanzaron un cohete suborbital noruego-estadounidense para el estudio de las auroras boreales y otros fenómenos electromagnéticos de altas latitudes llamado Black Brant XII, con apogeo a 930 km de altitud. Noruega tiene un pequeño programa espacial propio de tipo científico, pero este cohete era de largo el más grande que habían lanzado nunca, y de hecho tenía dimensiones parecidas a las de un ICBM, con lo que su reflexión radárica y su marca térmica debían ser parecidas. El gobierno noruego ha defendido siempre que notificaron el lanzamiento a Rusia con antelación, pero en el caos social, político y económico que se vivía en la Rusia de Boris Yeltsin es probable que esta notificación no alcanzara a sus destinatarios. Entre ellos, precisamente, el Departamento de Observación del Centro de Seguimiento de Lanzamientos Espaciales del GRU en Serpukhov-15 y el Mando de las Fuerzas Espaciales en Moscú.
Este lanzamiento -que pasaba lejos de las fronteras rusas- fue inmediatamente detectado por los satélites OKO y los radares de descubierta de largo alcance LPAR y Duga y Daryal y hasta por muchos radares de la defensa antiaérea convencional. Probablemente los ordenadores de Serpukhov-15 debieron catalogarlo inmediatamente como un ICBM , y efectivamente dos minutos después toda la fuerza nuclear rusa estaba en prealerta, con los planificadores de guerra reasignando blancos para aniquilar Noruega. No obstante, conforme los satélites y los radares confirmaban que no había más lanzamientos y que la trayectoria del cohete no coincidía con un lanzamiento contra Rusia, el proceso de represalia quedó suspendido. En torno al tercer minuto los especialistas de inteligencia espacial de Serpukhov-15 y de Moscú ya sabían con toda certeza que no estaban asistiendo al compás de apertura de la Tercera Guerra Mundial. No obstante, y hasta que se intercambiaron las explicaciones oportunas, el sistema permaneció en prealerta (unas 48 horas).
De todos los incidentes que han estado a punto de desencadenar una guerra termonuclear, éste es el único en el que había un cohete en el aire, si bien no era un misil balístico ni tenía carácter militar alguno.
Este lanzamiento -que pasaba lejos de las fronteras rusas- fue inmediatamente detectado por los satélites OKO y los radares de descubierta de largo alcance LPAR y Duga y Daryal y hasta por muchos radares de la defensa antiaérea convencional. Probablemente los ordenadores de Serpukhov-15 debieron catalogarlo inmediatamente como un ICBM , y efectivamente dos minutos después toda la fuerza nuclear rusa estaba en prealerta, con los planificadores de guerra reasignando blancos para aniquilar Noruega. No obstante, conforme los satélites y los radares confirmaban que no había más lanzamientos y que la trayectoria del cohete no coincidía con un lanzamiento contra Rusia, el proceso de represalia quedó suspendido. En torno al tercer minuto los especialistas de inteligencia espacial de Serpukhov-15 y de Moscú ya sabían con toda certeza que no estaban asistiendo al compás de apertura de la Tercera Guerra Mundial. No obstante, y hasta que se intercambiaron las explicaciones oportunas, el sistema permaneció en prealerta (unas 48 horas).
De todos los incidentes que han estado a punto de desencadenar una guerra termonuclear, éste es el único en el que había un cohete en el aire, si bien no era un misil balístico ni tenía carácter militar alguno.
*24 de octubre de 1973 — Mientras la Guerra de Yom Kipur llegaba a su final, una amenaza soviética de una intervención en favor de Egipto hizo que el gobierno en Washington se pusiera en DEFCON 3.
DEFCON es un acrónimo para "DEFense CONdition", condición o estado de defensa. Se utiliza para medir el nivel de disponibilidad y defensa de las Fuerzas Armadas de EEUU.
Los estados DEFCON son fases incrementales sobre la preparación de defensa.
DEFCON 5 se refiere a la situación normal en tiempos de paz. La Junta de Jefes del Estado Mayor es la encargada de ejecutar el aumento del nivel de alerta del ejército. Este cambio de situación suele ser anunciado por el Secretario de Defensa de los EEUU. El nivel puede ser incrementado a DEFCON 4, 3, 2 y 1.
DEFCON 4 se refiere a una situación en la que se incrementa ligeramente la actividad de los servicios de inteligencia y se endurecen las medidas de Seguridad Nacional. Se mantuvo este nivel durante la mayor parte de la Guerra Fria.
DEFCON 3 implica un aumento de la disponibilidad de las fuerzas por encima de lo normal. Los Callsign de radio utilizados por las Fuerzas Armadas pasan a modo de seguridad. El ejército norteamericano alcanzó este nivel de alerta en 1962 durante la Crisis de los misiles de Cuba (excepto el Strategic Air Command, Comandos Aéreos Estratégicos que llegó a DEFCON2). Todas las fuerzas armadas de los EEUU pasaron a DEFCON3 durante la Guerra del Yom Kippur en 1973, cuando la Unión Sovietica amenazó con intervenir en favor de Egipto. La tercera ocasión en la que se alcanzó este nivel fue durante los Atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center de Nueva York.
DEFCON 2 se asigna cuando se alcanza el nivel inmediatamente inferior al máximo. Solo se ha declarado una vez, en la Crisis de los Misiles de Cuba.
DEFCON 1 es el máximo nivel de alerta. Nunca se ha utilizado, o al menos jamás ha quedado demostrada su activación. Está reservado para activarse ante un inminente ataque contra las fuerzas armadas norteamericanas o contra su territorio por una fuerza militar extranjera.
DEFCON es un acrónimo para "DEFense CONdition", condición o estado de defensa. Se utiliza para medir el nivel de disponibilidad y defensa de las Fuerzas Armadas de EEUU.
Los estados DEFCON son fases incrementales sobre la preparación de defensa.
DEFCON 5 se refiere a la situación normal en tiempos de paz. La Junta de Jefes del Estado Mayor es la encargada de ejecutar el aumento del nivel de alerta del ejército. Este cambio de situación suele ser anunciado por el Secretario de Defensa de los EEUU. El nivel puede ser incrementado a DEFCON 4, 3, 2 y 1.
DEFCON 4 se refiere a una situación en la que se incrementa ligeramente la actividad de los servicios de inteligencia y se endurecen las medidas de Seguridad Nacional. Se mantuvo este nivel durante la mayor parte de la Guerra Fria.
DEFCON 3 implica un aumento de la disponibilidad de las fuerzas por encima de lo normal. Los Callsign de radio utilizados por las Fuerzas Armadas pasan a modo de seguridad. El ejército norteamericano alcanzó este nivel de alerta en 1962 durante la Crisis de los misiles de Cuba (excepto el Strategic Air Command, Comandos Aéreos Estratégicos que llegó a DEFCON2). Todas las fuerzas armadas de los EEUU pasaron a DEFCON3 durante la Guerra del Yom Kippur en 1973, cuando la Unión Sovietica amenazó con intervenir en favor de Egipto. La tercera ocasión en la que se alcanzó este nivel fue durante los Atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center de Nueva York.
DEFCON 2 se asigna cuando se alcanza el nivel inmediatamente inferior al máximo. Solo se ha declarado una vez, en la Crisis de los Misiles de Cuba.
DEFCON 1 es el máximo nivel de alerta. Nunca se ha utilizado, o al menos jamás ha quedado demostrada su activación. Está reservado para activarse ante un inminente ataque contra las fuerzas armadas norteamericanas o contra su territorio por una fuerza militar extranjera.
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