domingo, 30 de octubre de 2011

Un asteroide como un portaaviones «rozará» la Tierra el 8 de noviembre

Se llama 2005 YU55 y no es la primera vez que tenemos noticias de él. Este asteroide de 400 metros de diámetro, el tamaño de un portaaviones, calificado en su día como potencialmente peligroso para la Tierra, se acercará el 8 de noviembre a 324.600 kilómetros de nuestro planeta, una distancia inferior a la que está la Luna. En términos astronómicos, significa una arriesgada caricia en la cara. Observatorios de todo el mundo no perderán detalle de la visita. En concreto, científicos de la NASA han anunciado que seguirán la trayectoria de la roca espacial desde radiotelescopios de Goldstone, California, y Arecibo, en Puerto Rico. Ante la sensación que causó la cercanía del cometa Elenin, la agencia espacial ha querido adelantarse a los más aprensivos: el asteroide no ejercerá ninguna influencia sobre las placas tectónicas o la gravedad de la Tierra. No se notará efecto alguno.

La trayectoria del 2005 YU55, descubierto en 2005 por astrónomos de la Universidad de Arizona, es bien conocida. En su punto máximo de aproximación llegará a 324.600 kilómetros de la Tierra (0,85 de la distancia a la Luna). Aunque 2005 YU55 visita regularmente la vecindad de la Tierra, Venus y Marte, debido a su trayectoria, el encuentro de 2011 es el más cercano que esta roca espacial ha realizado durante los últimos 200 años.

Durante el seguimiento, los científicos utilizarán las antenas de Goldstone y Arecibo para rebotar ondas de radio a la roca espacial. Los ecos de radar que lleguen del asteroide serán recopilados y analizados. Además, la NASA espera obtener imágenes muy detalladas que revelan las características, forma, dimensiones y otras propiedades físicas del asteroide. Anteriores observaciones realizadas desde Arecibo muestran que el 2005 YU55 tiene forma esférica. Gira lentamente, con un periodo de rotación de aproximadamente 18 horas. La superficie del asteroide es más oscura que el carbón en longitudes de onda ópticas.

Ninguno así hasta 2028

La última vez que una roca espacial de este tamaño se acercó tanto a la Tierra fue en 1976, aunque nadie pudo observar el acercamiento ese año, y la siguiente aproximación conocida de un asteroide de este tamaño se producirá en el año 2028. Los astrónomos aficionados que quieran aprovechar la oportunidad y echar un vistazo a YU55 necesitan un telescopio con una apertura de como mínimo 6 pulgadas (15 centímetros).

Es una suerte que esta vez solo nos «roce», porque en algún momento del futuro el asteroide podría terminar cayendo a la Tierra. Un objeto de 400 metros como este podría, en caso de impactar contra una gran ciudad, destruirla por completo y causar graves daños en varios centenares de kilómetros a la redonda.

jueves, 27 de octubre de 2011

El satélite alemán Rosat, más cerca de la catástrofe

Esta vez hemos estado más cerca. Ciudades asiáticas densamente pobladas, en las que viven millones de habitantes, se han librado, por muy poco, de ser el lugar donde se estrelló el pasado fin de semana el satélite alemánRosat (Roentgen Satellite). El observatorio de rayos X cayó, según ha informado el Centro Aeroespacial Alemán, en la Bahía de Bengala, en algún lugar del océano entre India y Myanmar. Una treintena de piezas de 1,87 toneladas no se desintegraron al entrar en contacto con la atmósfera y con toda probabilidad impactaron contra las aguas. Si la trayectoria del ingenio espacial, totalmente descontrolada, se hubiera desviado tan solo unos minutos al noreste, el artefacto habría podido causar una desgracia prácticamente sin precedentes. Dos ciudades chinas con millones de habitantes cada una, Chongqing y Chengdu, podrían haber recibido el golpetazo, según explican desde el Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica de Cambridge (Massachusetts). Ha sido fruto del azar que no haya ocurrido nada.

El satélite Rosat

El satélite científico, de 2,69 toneladas, fue lanzado desde Cabo Cañaveral (Florida) en 1990 para investigar agujeros negros y estrellas de neutrones. Se retiró nueve años después por un fallo en su sistema de guía. Desde entonces, empezó perder altura continuamente, de manera que a principios de septiembre la distancia con nuestro planeta se había reducido hasta unos 290 kilómetros. La madrugada del pasado domingo, el satélite entró en la atmósfera terrestre a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora. El satélite se rompió en pedazos y la mayor parte se desintegró debido al extremo calor generado por el rozamiento, pero 30 piezas pudieron salir indemnes. Ningún componente ha sido descubierto en la superficie.

90 minutos en rodear la Tierra

En un primer momento, los científicos fueron incapaces de determinar el lugar de la caída del Rosat. Los técnicos sabían que las probabilidades de que algún componente del observatorio llegara a producir daños personales en su caída eran mínimas, pero definir el lugar exacto del impacto resultaba muy complicado, especialmente por la elevada velocidad del Rosat (una vuelta completa a la Tierra dura solo 90 minutos). Tan solo un poco antes del impacto, el Centro Aeroespacial Alemán había descartado que el satélite pudiera caer sobre Europa, África o Australia.

Otro satélite, el UARS de la NASA, cayó el pasado en el sur del Océano Pacífico sin causar daños.

martes, 25 de octubre de 2011

Científicos chinos dicen que detrás de cometa viene un OVNI

El astrónomo ruso, Leonid Elenin, del Instituto de Matemáticas Aplicadas “Keldish”, descubrió el 10 de diciembre del 2010, cerca a Júpiter (más extactamente entre Marte y Jupiter), un nuevo cometa, el C/2010 X1 (Elenin)

Basándose en informes publicados por la agencia espacial china, Sergio Toscano, director de investigaciones astronómicas en Misiones, asegura que detrás del cometa Elenin podría estar acercándose un OVNI.

"Detrás del cometa, descubierto en diciembre del año pasado, los científicos chinos aseguran que viene algo que ellos llamaron cluster, que significa cúmulo globular o, tal vez nave extraterrestre", dijo Toscano.

Según el informe que cita el astrónomo misionero, el cuerpo espacial se encontraría en la cola del cometa y se vio luego de que analizaron misteriosas señales que se desprendían de una desconocida formación "extraña y oscura".

Y más. Según las palabras de Toscano, los chinos habrían dicho que la nave está estacionada en el mismo lugar desde hace noventa días, "antes de eso parecía que estaba viniendo desde una civilización extraterrestre", aseguró el científico argentino.

Según el diario Crónica, este fenómeno fue corroborado por Rosie Redfiel, el nuevo director del Programa de Astrobiología de la NASA. "Pero cuando la NASA comienza a hacer los cálculos y las proyecciones de órbita de este cometa, se dieron cuenta que algo no funcionaba bien y lo primero que hicieron fue eliminar la página web donde daban información sobre este tema"

viernes, 21 de octubre de 2011

¿Que sucedería con la humanidad si fuésemos inmortales?

Modelo de computadora revela lo que sucedería si fuéramos inmortales; al parecer la naturaleza mortal del ser humano es en realidad una herramienta evolutiva y no una condena biológica.

A lo largo de la historia el ser humano ha coqueteado, invariablemente, con la idea de la inmortalidad. Este arquetípico deseo ha sido perseguido durante siglos a través de diferentes “sistemas de realidad”, desde múltiples ramas de la ciencia, como la bioquímica o la medicina, hasta corrientes mágicas y disciplinas espirituales. De algún modo la inmortalidad ha sido proyectada por la psique colectiva como un épico recinto en el cual muchos desearían reposar (aunque paradójicamente tal vez no haya algo más alejado de la tranquilidad que la certera ausencia de muerte).

El lado positivo de está búsqueda por hackear la condición mortal del hombre es que se ha traducido en un vivo reto que ha impulsado innumerables avances tecnológicos en la medicina. Sobra decir que gracias a estos avances las expectativas de vida se han multiplicado en los últimos tres siglos, tendencia que aparentemente podría continuar e incluso acelerarse en los años por venir. Sin embargo, no deja de llamar la atención algo que mencionamos en una nota titulada Farmacoinmortalidad: píldoras para vivir 100 años, que consiste en comprobar «que las personas más longevas, quizá como casos aislados y no como estándares, habitan en condiciones rurales, lejos del maremágnum de estímulos y técnicas consideradas como de mayor desarrollo. Es decir, existen casos en pequeños poblados de Japón, la India o México en donde la longevidad de algunos de sus habitantes supera la de aquellos que tienen acceso a los “mejores” tratamientos, sofisticadas dietas y modernos hospitales».

Pero en este artículo, más que debatir entre cuáles podrían ser las rutas más efectivas para conseguir ese idílico y anti-natural estado que consiste en eludir, perennemente, la muerte, nos gustaría plantear una interrogante distinta: ¿Es la inmortalidad realmente un estado deseable? Y al postular esta pregunta no necesariamente estamos proponiendo un debate en torno a los efectos psicológicos, éticos o emocionales que ser inmortal pudiese implicar. Más bien trataremos de abordar este potencial fenómeno, la no-muerte, desde una perspectiva socioevolutiva.

Con el fin de evaluar las consecuencias socio-funcionales de la abolición del envejecimiento, y por lo tanto de la muerte, Andre Martin, investigador de la Universidad de Sao Paulo, desarrolló un modelo de computadora que busca predecir lo que ocurriría con dos grupos sociales, uno mortal y otro inmortal. Ambos grupos fueron insertados en un entorno expuesto a constantes cambios medioambientales y posteriormente corrió una serie de simulaciones para analizar, comparativamente, el desarrollo de ambos.

Muchos asumiríamos, al menos tomando en cuenta a cada persona inmortal individualmente, que aquel grupo compuesto por seres indefinidamente saludables, y el cual no tendría que preocuparse por un sector de la población enfermo o envejecido, tendría un mejor desempeño colectivo que el otro. Pero luego del paso de varias generaciones, tiempo durante el cual el grupo de los mortales tuvo que reproducirse permanentemente, intermezclándose y renovándose para adaptare a los constantes cambios del medioambiente y así sobrevivir, este grupo eventualmente terminó dominando a los inmortales, quienes se habían plácidamente estacionado en un estado en el que, si bien su conocimiento iba avanzando por su viva capacidad de almacenar información, lo cierto es que habían perdido una guía esencial para caminar paralelamente a la evolución del entorno: la posibilidad de la muerte. Además, el sector inmortal fue demostrando, con el paso del tiempo, una mayor torpeza para adaptarse a las condiciones cambiantes y ni siquiera tenía acceso a la posibilidad biológica de reemplazar a los individuos peor adaptados.

Si bien este ejercicio no puede considerarse una prueba concreta de que la inmortalidad traería consecuencias negativas al destino de nuestra raza, por estar basada en simulaciones, tiene que ver con uno de los mayores detonantes de la errante condición humana: una especie de ansiedad existencial que se traduce en desear beneficios inmediatos o aún a corto plazo, ante la incapacidad, ciertamente egoísta, de visualizar las posibles causas y efectos desde una perspectiva transgeneracional. Es decir, que si bien la inmortalidad pudiese presentarse como una ambición personal o grupal, proyectada como un estado de perfeccionamiento biológico, lo cierto es que con el transcurso del tiempo, décadas o tal vez siglos, esta y no la naturaleza mortal del ser humano terminaría confirmándose como una franca condena evolutiva.

Pero además de esta torpe visión a corto plazo, en la cual sistemáticamente caemos muchos, tal vez el deseo de inmortalidad también gira en torno a otro “pecado”: el antropocentrismo. En este sentido, el hecho de únicamente tomar en cuenta la línea de desarrollo de la raza humana, sin considerar como un agente determinante el resto de las fuerzas que convergen en nuestro medio ambiente y las cuales, por cierto, son esencialmente perecederas, se desdobla en una construcción poco precisa de lo que pudiese ser nuestro futuro. Si en un pronóstico de las consecuencias que pudiese implicar una sociedad inmortal no se toman en cuenta, como factores fundamentales, los cambios permanentes en el entorno, entonces podríamos, erróneamente, pensar que sería un estado ideal.

En síntesis, y remitiéndonos a la sabiduría popular, esa viva hebra que, a diferencia de nuestros cuerpos, sí trasciende las barreras generacionales, parece que la moraleja que obtenemos del ejercicio del investigador Andre Martin se resume en aquel refrán que reza: “ten cuidado con lo que deseas, pues bien se te podría cumplir”.

lunes, 17 de octubre de 2011

Can Bogunyà: el pantano maldito de Terrassa

No sé a ustedes, pero a mí personalmente no hay cosa que me dé más canguele que un pantano pequeño, oscuro y silencioso en plena noche. Quizás sea un trauma infantil, cuando mi padre me llevaba de pesca nocturna a un pantano cercano a mi pueblo y a las primeras de cambio se iba a dormir al coche… y allí me quedaba yo, caña de pescar en mano disfrutando de los sonidos de las alimañas nocturnas y de los azarosos chapoteos cercanos en aquellas negras y frías aguas. Y eso que en aquel pantano, a diferencia del que os mostramos hoy, no existía una larga lista de ahogados en extrañas circunstancias ni tampoco existía a escasos metros de distancia un viejo hospital abandonado con una de las leyendas negras más famosas del España.




El pantano en el que nos damos hoy un chapuzón se conoce como pantano de Can Bogunyà, o LLac Petit (Lago pequeño en castellano antiguo), y se encuentra a unos seiscientos metros del conocido Hospital del Torax de Terrassa, a unos veinte kilómetros de Barcelona. El pequeño lago fue construido a principios del siglo pasado por el dueño de la finca, posiblemente para tener una reserva de agua para el regadío de sus cosechas. La cosa es que las cosechas desaparecieron y el pequeño lago de apenas diez mil metros cúbicos quedó para uso y disfrute de ahogados, algunos naturales, otros no tanto…




El primer ahogado formal data de 1925, un tal Antolí Balbé, que inauguró el macabro ranking del lago. A partir de ahí, el goteo de fiambres es constante hasta la fecha. Con el paso de los años los fiambres que aparecen flotando en sus aguas van aumentando sin hacer distinciones de ningún tipo; desde niños y adolescentes que se ahogan porque sí, como los de toda la vida, hasta otros que aparecen maniatados y envueltos en lonas.

Pese a la cercanía del lago a una gran metrópolis como Barcelona, el lugar se encuentra bastante aislado del mundo, rodeado de bosques de pinos y barrancos. No es de extrañar que personajes un tanto oscuros lo tengan como lugar privilegiado para deshacerse de lo que les sobra, y entiéndase por igual en las sobras tanto cadáveres como vehículos de toda índole que según parece se amontonan en el fondo del pantano. Los más vagos ni tan siquiera llegan al lago, y dejan a los cadáveres en los barrancos de los aledaños, donde se han encontrado unos cuentos en los últimos años.








Con semejante currículum, no es de extrañar que los lugareños lo tengan como lugar maldito, aunque posiblemente se trate más de un tema de precaución ante los vivos que de miedo a los muertos, ya que lógicamente el lugar no está exento de rumores sobre apariciones espectrales, voces y lamentos y otras historias de índole paranormal.

Sobre este último aspecto, poco podemos comentar ya que no existen testimonios serios. Pero el que lo quiera comprobar no tiene más que acampar una noche junto al lago, y si el tiempo se pone malo no hay problema, a un tiro de piedra no hay que olvidar que está el Hospital del Tórax, donde uno puede resguardarse de las inclemencias del tiempo y pasar una noche de lo más tranquila y apacible.

martes, 11 de octubre de 2011

11-11-11: La nueva fecha para el fin del mundo

La combinación del mes 11 con el día 11 del año 11, es decir el 11-11-11 (o sea, el 11 de noviembre de 2011), se ha convertido en la nueva fecha fatídica en la que supuestamente ocurrirá algún tipo de catástrofe o evento cósmico con lo que todo llegará a su fin.

Para muchos de los llamados 'profetas de la catástrofe' la fecha encierra un gran enigma y un grave peligro. La frase fin del mundo tiene 11 letras, la caída de las Torres Gemelas fue un 11 de septiembre de 2001 (9/11. 9+1+1=11), New York City tiene 11 letras, Nueva York es el estado número 11, el primer avión que se estrelló contra las Torres Gemelas fue el vuelo número 11, el 11 de septiembre es el día 254 del calendario (2+5+4=11), Osama b Laden también tiene 11 letras, el 11 de enero (2010) una mortal terremoto sacudió Haití; el 11 de marzo del 2011 Japón fue sacudido por un terremoto y posterior tsunami..., entre otras coincidencias marcadas con el número 11 de manera casi obsesiva, han puesto a temblar a más de uno.

El 11 es tema obligado en la internet y hay miles de webs y blog que siembran todo tipo de teorías apocalípticas en torno al enigmático número. Un ejemplo es el video que te presentamos a continuación sobre la teoría de la resonancia cósmica:

Posiblemente una de las combinaciones más significativas del número 11 es la fecha del 21 de diciembre del 2012... sumando 12/21/2012 obtenemos 11. Según el Calendario Maya el 21 de diciembre de 2012 marcaría el último día del decimotercer Baktun y el año 1992 sería considerado el primero de los 20 años del llamado 'periodo de purificación de la Tierra'. Según los mayas, el 21 de diciembre de 2012, los seres humanos entrarán en una nueva civilización.


domingo, 9 de octubre de 2011

El misterio del Triángulo de Bennington

Cerca del monte Glastonbury, en Vermont, se encuentra el Triángulo de Bennington, una enigmática zona boscosa donde se pierde el rastro de las personas que un día desaparecieron y de las que nunca más se supo.

Cerca del monte Glastonbury, en Vermont, se encuentra el Triángulo de Bennington, una enigmática zona boscosa donde se pierde el rastro de las personas que un día desaparecieron y de las que nunca más se supo. La mayoria de estas desapariciones se produjeron sin que los cuerpos de seguridad pudieran encontrar una sola pista para averiguar que les había ocurrido. Las víctimas eran personas de diferntes edades y de ambos sexos y todas ellas se esfumaron en un plazo de cinco años que lleva del 1.945 a 1.950. Todas las desapariciones ocurrieron en el último trimestre del año, entre los meses de octubre, noviembre y diciembre, pero aparte de esto poco más se pudo saber para conocer la naturaleza de estos hechos.

La primera desaparación ocurrida en el Triángulo de Bennington se remonta a 1.945, un hombre llamado Henry MacDovell, evadido de un manicomio en el que estaba recluido por ser el autor de la muerte de otro hombre desapareció sin dejar rastro en ese lugar. Aunque no resulta extraño que un prófugo de la justicia “desaparezca” sin dejar rastro, este suceso es ha menudo citado como las primera de las extrañas desapariciones del Triángulo de Bennin

El 12 de Noviembre de ese año un hombre llamado Middie Rivers que trabajaba como guía de montaña desapareció misteriosamente ante los ojos del grupo de turistas a los que acompañaba de regreso al campamento. Él caminaba delante del grupo de personas por una zona que conocía sobradamente cerca de la carretera de Long Trail y simplemente desapareció, nunca más fue visto ni se encontraron restos o pistas que dieran respuesta a este inquietante suceso a pesar de las batidas que la policía y voluntarios realizaron durante días.

Un año màs tarde, concretamente el día 01 de diciembre de 1.946 una estudiante de dieciocho años de edad de nombre Paula Welden se adentró en los bosques de la zona con la intención de hacer senderismo de montaña. Esto es lo último que se supe de ella. Jamás salió de esos bosques y las pesquisas iniciadas por la policía no dieron tampoco esta vez ningún resultado.

También se reportan rumores de que en el año 1.949 tres cazadores desaparecieron en el Triángulo de Bennington durante una jornada de caza, aunque no se ha podido investigar si esto es verdadero o simplemente una habladuría.

Sin embargo si se sabe que el día 1 de diciembre de ese año un hombre llamado James E. Tetford protagonizó lo que parece ser la desaparición más enigmática ocurrida en el Triángulo de Bennington. El señor Tetdford desapareció mientras se encontraba en el interior de un autobús en movimiento. Los demás pasajeros testificaron que lo vieron en el autobús, pero para cuando éste llegó a su última parada en Bennington James Tetford había desaparecido. El doce de octubre del año siguiente Paul Jepson, un niño de ocho años, desapareció de la vista de su madre mientras ésta se encontraba realizando algunas tareas domésticas. La posterior búsqueda de los cuerpos de seguridad fue muy exhaustiva, empleándose incluso perros para intentar seguir el rastro del niño. Los perros avanzaron a través del bosque hasta una autopista cercana donde perdieron el rastro. Esto hizo pensar a la policía que la desaparición de Paul Jepson fue un secuestro y que el pequeño fue introducido en algún vehículo que circulaba por aquella autopista. La última extraña desaparición de la que se tiene constancia en el Triángulo de Bennington es la de una mujer llamada Frieda Langer. El 28 de Octubre de 1.950 Frieda fue de excursión con su primo. En un momento de la caminata, Frieda tropezó y cayó en un lugar que estaba anegado de agúa. Frieda decidió volver al campamento para cambiarse de ropa y su primo se quedó en aquel lugar esperando que regresara. Frieda nunca llegó de vuelta al campamento. Se inició entonces un masivo operativo de búsqueda por tierra y aire. Policía, bomberos, militares y voluntarios participaron durante días rastreando toda la zona sin conseguir tampoco resultados aparentes. Pero siete meses más tarde el cuerpo de Frieda fue encontrado en un descampado que, curiosamente, ya había sido rastreado en los meses anteriores por la policía. Debido a las condiciones en que se encontraba el cuerpo y al tiempo transcurrido los forenses no pudieron determinar la causa de la muerte. Existen varias teorías sobre la naturaleza de las desapariciones del Triángulo de Bennington pero todas ellas siguen siendo bastante endebles y no logran explicar por sí mismas todas las desapariciones. La primera teoría menciona la posibilidad que durante aquel periodo hubiera un asesino en serie por aquella zona. Si bien esto es totalmente posible, la diferencia de sexo y edad entre las víctimas y la ausencia total de pistas o evidencias en todos los casos, parecen echar por tierra esta tesis. No es muy habitual encontrar un asesino que actua tan indiscriminadamente al escoger a sus víctimas. Otra teoría sostiene que las desapariciones se debían a desgraciados accidentes de montaña. Las fechas en que ocurrieron todas las desapariciones entre las estaciones de otoño e invierno son las propicias para que el suelo del bosque aparezca cubierto de una gruesa capa de hojarasca que oculte pozos o agujeros donde habrían caído inadvertidamente las víctimas. Sin embargo esto no explica los casos de Frieda Langer y James Tetdford. Además, en las búsquedas que se organizaron tampoco se encontraron pozos o simas que pudieran explicar esta teoría. Lo cierto es que pasado ese periodo las desapariciones dejaron de tener lugar y actualmente no se conoce ningún otro caso que haya tenido lugar en esa zona. Probablemente no existe un único motivo para explicar las extrañas desapariciones del Triángulo de Bennington y sea más sensato pensar que obedezcan a varias razones: accidentes, extravíos o secuestros…, pero de lo que no cabe duda, es que el misterio que las rodea sigue estando vigente y que la población local sigue considerando la zona que rodea el monte Glastonbury como maldita.

martes, 4 de octubre de 2011

Los fines del mundo que no fueron... de los que nos salvamos

El tema del fin del mundo y los anuncios apocalípticos no son nuevos, van casi de la mano con la historia de la humanidad y los sitios “especializados” en este tipo de predicciones las recopilan.

Obviamente entre ellos están las profecias de Nostradamus, las cuales han intrigado al ser humano hace más de 400 años.

El listado de los que fines del mundo es el siguiente:

1806 - La gallina profeta de Leeds: esta gallina empezó a poner huevos con la frase "Cristo viene" El hecho tuvo mucha difusión y creyó próximo el fin del muncho, hasta que alguien demostró que todo era una farsa.

1843 – Milleristas: Un agricultor de Nueva Inglaterra llamado William Miller, decía que la fecha en la que Dios iba a destruir el mundo estaba escondida en el texto de la Biblia, y que eso sucedería en algún momento entre el 21 de marzo de 1843 y el 21 de marzo de 1844. Esto tuvo miles de seguidores (llamados Milleristas), los que establecieron la fecha del fin del mundo el 23 de abril de 1843.

1910 – El cometa Halley: En 1881, un astrónomo descubrió a través de análisis que las colas de los cometas contienen un gas mortal llamado cialógeno, justo antes de saberse que la Tierra contactaría con los restos de la cola del cometa Halley en 1910. Se dijo que todo el mundo sería víctima de un "baño de gas mortal" El pánico se apoderó del mundo entero, hasta que otros científicos confirmaron que no había nada que temer.

1982 – Pat Robertson: En mayo de 1980, el tele-evangelista y fundador de la Coalición Cristiana, Pat Robertson alarmó a muchos cuando anuncío que a finales de 1982 se acabaría el mundo. "Garantizo que a finales de 1982, el mundo será juzgado".

1997 – Heaven’s Gate: Cuando el cometa Hale-Bopp apareció en 1997, muchos creyeron que una nave espacial le estaba siguiendo. Surgió el movimiento Heaven's Gate y en marzo de 1997 39 miembro del culto se suicidaron. Finalmente, nada pasó.

2000- colapso de las computadoras: Desde la década del 70 se advirtió que las computadoras no lograrían diferenciar entre 1900 y 2000, lo que provocaría muchos problemas, hasta se llegó a decir que podría dar lugar a un holocausto nuclear.

2003 – El planeta X : según las profecías, una estrella, planeta o algo parecido pasaría cerca de la Tierra y provocaría grandes desastres. Al planeta destructor de civilizaciones también se le llamó Némesis y Marduk. Lo único seguro al respecto es que pasó el 2003 y nadie lo vio.

21 de mayo de 2011: Harold Camping dijo que ese día acabaría el mundo. Todo empezaba con un terremoto en Nueva Zelanda que pasaría supuestamente a las 6 de la tarde, hora local.

Según las predicciones de Camping este terremoto iba a hacer que el terremoto en Japón pareciera insignificante. Esto no fue, pero Camping reunió mucho dinero en su causa.

27 de septiembre de 2011: el último fin del mundo fue esta semana, cuando la alineación del sol, la tierra y el cometa Elenin causaría grandes daños. Lo cierto, es que por ahora seguimos acá.

A estas fechas se suman otras predicciones y seguro la lista puede ser interminable, pasando por el tercer secreto de Fátima y las predicciones de la gran pirámide de Egipto, pero hasta el momento ninguna fue real.

lunes, 3 de octubre de 2011

Fin del mundo La teoría del asteroide: todo concluirá al fin en 2029

Una de las teorías del fin del mundo con mayor base científica es la del impacto del asteroide Aphophis, al que llamaremos familiarmente, en español, Apofis.

Te lo presentamos: él es nuestro Enemigo Número Uno

La ubicación del asteoride peligroso.

El asteroide “Aphophis”, descubierto el año 2004, es una roca de 140 metros de diámetro y de impactar con la Tierra, en su ángulo destructivo, el impacto tendría un efecto similar al de 20.000 bombas nucleares. Impactaría en Venezuela o en Siberia. Conocé los detalles. Mirá el video.

Una de las teorías del fin del mundo con mayor base científica es la del impacto del asteroide Aphophis, al que llamaremos familiarmente, en español, Apofis.

Te lo presentamos: él es nuestro Enemigo Número Uno:


El nivel de seriedad del asunto lo dan los medios que difundieron la noticia y la alerta espacial que despertó el descubrimiento de la roca que pulula por el espacio, entre el Sol y la Tierra y que no la veíamos por eso: porque nos encandilamos. Hasta que unos científicos dieron con ella.

Dijo El País de Madrid: El 13 de abril de 2029 un pedrusco espacial de unos 300 metros de longitud, bautizado Apofis, pasará tan cerca de la Tierra que rozará la órbita donde se alinean los grandes satélites de comunicaciones, a 36.000 kilómetros de altura. Descartada la colisión en ese pase, los últimos cálculos, siempre provisionales, indican que existe un riesgo de choque con el planeta siete años después. Mientras los astrónomos y las agencias espaciales vigilan continuamente el asteroide, la ONU y otros organismos discuten, todavía de manera informal, la posibilidad de hacer algo para desviarlo.

Lo publicado por Hoy, en España: Los venezolanos, igual que los habitantes de la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, tienen a partir de ahora un motivo más para preocuparse. De hecho, existe una posibilidad entre 45.000 de que reciban, el 13 de abril del año 2036, el impacto directo de un asteroide de casi 500 metros de diámetro y más de veinte millones de toneladas de peso. Este es, por lo menos, uno de los escenarios manejados por los astrónomos que siguen, desde su descubrimiento en 2004, la trayectoria del asteroide 99942, más conocido como Apofis.

Algunos videos sobre el tema: