Aahh… como nos gustan estos lugares con leyendas “de cine”. Fantasmas, asesinatos, psicópatas y niñas en triciclo sonriendo mientras se alejan por pasillos alfombrados e interminables. Y que gustito tiene que dar, para los amantes del buen cine de terror, pasar una noche en la habitación 217 del Hotel Stanley, la misma habitación en la que Stephen King escribió buena parte de “El resplandor”, inspirado en las propias vivencias que experimentó en dicho hotel.
Quizás, a altas horas de la madrugada, si los extraños ruidos y crujidos del viejo hotel no nos dejan dormir, nos apetezca bajar a tomar una copa al bar, donde el camarero, silencioso y siempre enfrascado en el secado de las copas de cocktail, nos explique el porqué hemos escuchado las voces de un niño que llamaba a su niñera al final de un pasillo y al llegar allí no había absolutamente nadie, o porqué, mientras bajábamos por las escaleras en dirección al bar, nos pareció escuchar una vieja melodía tocada al piano junto al murmullo típico de la gente en un bar y, al llegar allí, tan solo estaba él, con su trapo en la mano y su rostro blanquecino…
Según se cuenta, aunque las fuentes tienen el mismo origen espectral que los aparecidos en el hotel, el escritor tuvo una serie de experiencias paranormales mientras se alojaba en la segunda planta de este hotel, más o menos las mismas que he contado más arriba, voces de niños, soniquetes de piano… y parece ser que le entró la inspiración para escribir la famosa “The Shining”, que en 1980 llevaría al cine Stanley Kubric, y que desde entonces ha mantenido a este hotel en el top five de lugares encantados de Estados Unidos, con el sobrenombre de “El hotel maldito”.
Curiosamente, en el Stanley, aparte de un par de películas de escaso éxito, tan solo se rodó una pequeña miniserie para televisión basada en el libro de King, pero la película, con ese magnífico Jack Nicholson hacha en mano, que lo hizo tan famoso no fue rodada aquí, si no en el Hotel Timberline de Oregón. Un pequeño lío ya que estamos en el Hotel Stanley, famoso por la película y que en ella se llamaba Hotel Overlook, que a su vez está rodada en el Hotel Timberline… en fin.
La rarología del hotel no se limita a las supuestas experiencias de Stephen King, sus empleados y sus clientes han informado de extraños sucesos en el lugar: objetos que se mueven solos, luces que se encienden y apagan solas, y presencias…
Al parecer, algunos espíritus frecuentan el edificio, el señor Stanley, fundador del hotel, ha sido visto en el vestíbulo y la sala de billar del edificio, la señora Stanley frecuenta la sala de baile, a veces se oye música de un piano, pero cuando alguien se acerca la música se detiene.
El hotel Stanley tiene una habitación que no suele alquilarse al público, es la habitación 407, pues se dice que allí habita un espectro que no admite la presencia de huéspedes, se trata del señor Dunraven, terrateniente que compró parte de los terrenos del hotel y que fue ejecutado por estafar a cientos de personas, que suele aparecer en una esquina, según personas que tuvieron “la suerte” de quedarse alguna noche, informaron que las luces de la habitación se encendían solas, la temperatura de la habitación descendía repentinamente y de ruidos provocados por alguien en la misma estancia.
En la habitación 418 se obtienen la mayoría de informes de actividad inquietante. El equipo de limpieza asegura haber oído risas y llantos de niños, incluso notar como alguien se sentaba en la cama sin haber estado nadie allí, algunos huéspedes que se alojaron en las habitaciones contiguas se han quejado de ruidos provocados por niños, infantes que juegan en el pasillo, correteando por él a altas horas de la madrugada.
En la historia del hotel Stanley se descubren finalmente, tras estos sucesos inexplicables, algunos reportes sobre asesinatos en el lugar que no fueron resueltos, hechos que no estuvieron bien documentados en la época en la que sucedieron, y que evidentemente, en su tiempo, el personal del hotel se negó a sacar a la luz, temiendo perder clientela y prestigio.
En cuanto a ubicación geográfica se refiere, el hotel se encuentra situado 96 Km. al noroeste de Denver, a casi 2.300 pies de altura sobre el mar, y más concretamente en los aledaños del pueblo de montaña de Estes Park. Stanley Hotel data del año 1909, y aun a día de hoy cientos de visitantes se hospedan en él, con el objeto de descubrir a los supuestos fantasmas que merodean sus pasillos.
¿Realidad o leyenda? Quien sabe, pero si van a pasar allí sus vacaciones cuídense de no acabar como ellos…
Según se cuenta, aunque las fuentes tienen el mismo origen espectral que los aparecidos en el hotel, el escritor tuvo una serie de experiencias paranormales mientras se alojaba en la segunda planta de este hotel, más o menos las mismas que he contado más arriba, voces de niños, soniquetes de piano… y parece ser que le entró la inspiración para escribir la famosa “The Shining”, que en 1980 llevaría al cine Stanley Kubric, y que desde entonces ha mantenido a este hotel en el top five de lugares encantados de Estados Unidos, con el sobrenombre de “El hotel maldito”.
Curiosamente, en el Stanley, aparte de un par de películas de escaso éxito, tan solo se rodó una pequeña miniserie para televisión basada en el libro de King, pero la película, con ese magnífico Jack Nicholson hacha en mano, que lo hizo tan famoso no fue rodada aquí, si no en el Hotel Timberline de Oregón. Un pequeño lío ya que estamos en el Hotel Stanley, famoso por la película y que en ella se llamaba Hotel Overlook, que a su vez está rodada en el Hotel Timberline… en fin.
La rarología del hotel no se limita a las supuestas experiencias de Stephen King, sus empleados y sus clientes han informado de extraños sucesos en el lugar: objetos que se mueven solos, luces que se encienden y apagan solas, y presencias…
Al parecer, algunos espíritus frecuentan el edificio, el señor Stanley, fundador del hotel, ha sido visto en el vestíbulo y la sala de billar del edificio, la señora Stanley frecuenta la sala de baile, a veces se oye música de un piano, pero cuando alguien se acerca la música se detiene.
El hotel Stanley tiene una habitación que no suele alquilarse al público, es la habitación 407, pues se dice que allí habita un espectro que no admite la presencia de huéspedes, se trata del señor Dunraven, terrateniente que compró parte de los terrenos del hotel y que fue ejecutado por estafar a cientos de personas, que suele aparecer en una esquina, según personas que tuvieron “la suerte” de quedarse alguna noche, informaron que las luces de la habitación se encendían solas, la temperatura de la habitación descendía repentinamente y de ruidos provocados por alguien en la misma estancia.
En la habitación 418 se obtienen la mayoría de informes de actividad inquietante. El equipo de limpieza asegura haber oído risas y llantos de niños, incluso notar como alguien se sentaba en la cama sin haber estado nadie allí, algunos huéspedes que se alojaron en las habitaciones contiguas se han quejado de ruidos provocados por niños, infantes que juegan en el pasillo, correteando por él a altas horas de la madrugada.
En la historia del hotel Stanley se descubren finalmente, tras estos sucesos inexplicables, algunos reportes sobre asesinatos en el lugar que no fueron resueltos, hechos que no estuvieron bien documentados en la época en la que sucedieron, y que evidentemente, en su tiempo, el personal del hotel se negó a sacar a la luz, temiendo perder clientela y prestigio.
En cuanto a ubicación geográfica se refiere, el hotel se encuentra situado 96 Km. al noroeste de Denver, a casi 2.300 pies de altura sobre el mar, y más concretamente en los aledaños del pueblo de montaña de Estes Park. Stanley Hotel data del año 1909, y aun a día de hoy cientos de visitantes se hospedan en él, con el objeto de descubrir a los supuestos fantasmas que merodean sus pasillos.
¿Realidad o leyenda? Quien sabe, pero si van a pasar allí sus vacaciones cuídense de no acabar como ellos…
2 comentarios:
Interesante historia, me gustaria ir para ese hotel, de quedarme paso!, pero si recorrerlo todo(en el dia por supuesto)
Maldición¡¡
Los fantasmas existen.
Pero lo que más me inquieta es saber el por qué existen, y para qué.
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