Stratfor es una empresa privada de análisis de inteligencia y seguridad internacional al servicio de varias agencias del gobierno de Estados Unidos y de empresas multinacionales y se ha convertido en el más reciente blanco del sitio de filtraciones de internet Wikileaks.
Wikileaks empezó a publicar más de cinco millones de correos electrónicos confidenciales de Stratfor -supuestamente "hackeados" por el grupo activista Anonymous- y podrían revelar las características y las actividades del grupo, que generalmente se mueve con gran discreción.
Según Wikileaks las comunicaciones revelarán sobre "redes de informantes, la estructura de pagos, técnicas de entrega y lavado de dinero y métodos psicológicos" usados por al empresa.
Stratfor advirtió en un comunicado que se no comentará sobre la publicación de los correos ni sobre su autenticidad o veracidad.
Inteligencia y empresa
La empresa ha sido tildada en ocasiones como una "CIA en las sombras" por el tipo de investigación y análisis que realiza, la forma en que obtiene la información, quiénes la comisionan y porque su fundador, George Friedman, proviene de la comunidad de inteligencia estadounidense.
Ciertamente Stratfor opera en la periferia de lo que son las instituciones especializadas en Washington como Brookings Institute, American Enterprise Institute, Hudson Institute, Centre for American Progress, etc., que son utilizados por los medios en varias áreas de interés.
"Ni siquiera está en Washington D.C., su sede es en Texas", le dijo a BBC Mundo Richard Weitz, experto en temas de seguridad e inteligencia del Hudson Institute.
"Fue fundada por gente del ámbito empresarial y de inteligencia pero lo que más la distingue es que no está directamente afiliada a académicos ni a ninguna organización del gobierno. Es básicamente la creación de George Friedman".
Friedman, que tiene una trayectoria como asesor en temas de seguridad de altos oficiales de las Fuerzas Armadas, del Colegio de Guerra del Ejército de EE.UU. y de la Universidad de Defensa Nacional, fundó Stratfor en 1996 como una empresa privada de evaluación de riesgo.
Los servicios se ofrecen por suscripción, la cual es bastante amplia, además de realizar reportajes de profundo análisis sobre un país, un gobierno o un grupo para corporaciones que quieran invertir en una región en particular.
"Como se trata de una empresa privada tienen un alcance que otros no tienen", explico Weitz. "No tienen que justificar de dónde viene el dinero ni quién los comisiona ni para qué".
Espías del gobierno
Algunos de los clientes de Stratfor son grandes corporaciones para las que oficialmente ofrece "inteligencia estratégica en negocios globales, economía, seguridad y asuntos geopolíticos".
Según Richard Weitz, pueden recibir dinero de una petrolera para conducir una investigación o, como en Bhopal, India, observar y analizar los movimientos de activistas del desastre tóxico de la fábrica de Dow Chemical/Union Carbide, en 1984, que afectó a más de medio millón de personas.
También pueden espiar un gobierno extranjero a pedido de una agencia gubernamental. Muchos de sus clientes trabajan en las Fuerzas Armadas y los servicios de inteligencia.
"Si la CIA necesita información pero no puede quedar involucrada por la delicadeza de la situación -como espiar a Israel o a los países de la OTAN-, utiliza a la gente de Stratfor para que lo hagan directamente", señaló el analista en seguridad.
Por la misma naturaleza de la empresa, los métodos de extracción de la información también pueden ser cuestionables.
Sus amplias redes de informantes pueden producir datos y documentos que han sido robados de las oficinas de los grupos o gobiernos que investigan, con los que negocian un precio. El soborno de funcionarios públicos tampoco estaría fuerza de su metodología.
"Seguramente varios de sus contactos privados menos conocidos van a quedar expuestos con la filtración de Wikileaks", indicó Weitz.
Análisis fuera de lo común
No obstante, el experto del Hudson Institute, aclara que mucha de la actividad de Stratfor es básicamente analítica y no tiene nada que ver con operativos. "Son como una agencia de investigación privada, solo que más grande".
"Son reconocidos por formular análisis que se salen del pensamiento común. Especulan mucho, pero lo fuerzan a uno a pensar en escenarios que normalmente no se nos ocurrirían", afirmó.
El material, sin embargo, suele basarse en teorías conspirativas, como el libro que George Friedman coescribió en 1991 sobre una futura guerra entre EE.UU. y Japón o el reciente informe de Stratfor sobre las perspectivas de Rusia, en las que el precio del petróleo se dobla permitiéndole a Vladimir Putin tener su propio ejército privado.
Aunque descabellado, Richard Weitz ve aspectos positivos en el tipo de análisis que hace una organización como Stratfor. En el ambiente de los centros de estudio de Washington hay mucha retroalimentación entre los temas que se analizan, comenta.
"Ellos rompen con las ideas convencionales. Si alguien dice 'x', ellos dicen 'y'. La mayoría de las veces 'x' es lo acertado y es por eso que muchos pensamos así. Pero de vez en cuando 'y' es lo correcto", afirmó.
"¿Qué tal que en 2000 a alguien se le hubiera ocurrido abordar la posibilidad de terroristas atacando las torres gemelas de Nueva York?", postuló. "Hubiera sido beneficioso si alguien hubiera especulado sobre eso, pero ninguno de nosotros lo hizo".
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