lunes, 12 de agosto de 2013

Asombrosa actitud de los animales


Esta persona que se llama Lawrence Anthony, una leyenda de Sudáfrica y autor de 3 libros, incluyendo
el bestseller The Elephant Whisperer, rescató valerosamente a animales salvajes y rehabilitó elefantes de 
todo el mundo de las atrocidades humanas incluyendo el valiente rescate de los animales del Zoologico 
de Bagdad durante la invasión norteamericana de 2003.

.
El 7 de marzo de 2012 Lawrence Anthony falleció.
Vive en el recuerdo y lo extrañan su esposa, sus 2 hijos, 2 nietos y numerosos elefantes.


Dos días después de su deceso, los elefantes salvajes aparecieron en su casa, con dos enormes matriarcas
a la cabeza. Las manadas salvajes llegaron por separado para despedirse de su bienamado amigo humano.
Un total de 31 elefantes había caminado pacientemente más de 20 kilómetros para llegar a su casa en Sudáfrica.

Ahora...¿como supieron ellos lo que le había sucedido a su amigo?

Testigos de este espectáculo, los humanos estaban asombrados no sólo por la suprema inteligencia y la precisión 
exacta de que estos elefantes sintieron sobre el deceso de Lawrence, sino también por los recuerdos y emociones profundos que estos amados animales evocaron de forma tan organizada:
Caminando lentamente - durante días - Abriéndose camino en una sola fila solemne desde su habitat hasta su casa.

La esposa de Lawrence, Francoise, se conmovió profundamente, sabiendo que los elefantes no habían estado en su 
casa antes de ese día desde más de 3 años!

Sin embargo, ellos bien sabían a dónde iban. Era obvio que los elefantes querían dar su más profundo pésame,
honrando a su amigo que les había salvado la vida - tanto así que permanecieron durante 2 días con sus noches sin comer absolutamente nada..
Luego, una mañana partieron, emprendiendo su largo viaje de regreso a casa...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

QUe belleza es la naturaleza cada vez aprendemos mas de Ella . Tanta riqueza que nos ha dado nuestro DIOS.ojala fueramos mas atentos con Los animales hay veces creemos que Ellos no piensan como nosotros y estamos bien equivocados.

Lina m dijo...

Hermosis lástima que los humanos no queremos entender que hay que cuidar a nuestris hermanis menores y nos dejamos ganar de la avaricia