sábado, 6 de abril de 2013

El caso Clifford Hoyt

Clifford Hoyt, de 31 años de edad, sufrió heridas graves en un accidente de tráfico en 1999. Cuando recobró el conocimiento después del accidente, la enfermera dijo que, según él, Hoyt había muerto y visitado el infierno, experimentando la terrible tortura que el Demonio le ofrecería a cualquier condenado. Después de negarse a recibir tratamiento psiquiátrico, Hoyt salió del hospital.

Varias semanas más tarde, los vecinos de Hoyt se quejaron con el propietario del edificio de que Hoyt estaba haciendo música, pero a altas altas horas de la noche. Entonces, el propietario del edificio fue al apartamento de Hoyt, en repetidas ocasiones llamó a la puerta. Debido al ruido, el propietario pensó que Hoyt no lo escuchaba, entonces se tomó la libertad de abrir la puerta del apartamento. La escena era grotesca por decir lo menos. Hoyt se encontraba tirado el suelo totalmente desnudo, en una mezcla de su propia sangre y excrementos, abrazado a un bloque enorme de hielo, aquella habitación más que un hogar, parecía una pocilga. Pero Hoyt se encontraba totalmente lúcido y se quejó de la atrevida acción del propietario. El dueño de la propiedad resolvió quejarse con la policía, consciente del daño a la propiedad.

Preocupado por los daños a su propiedad, el propietario tomó algunas fotos. Más tarde, se puso en contacto con la familia de Clifford, para que observaran su comportamiento. Clifford dijo que los demonios del infierno intentaban capturarlo. Explicó que para que su cuerpo no se quemara en la eternidad, debía tocar música para asustar a los demonios.





La única ocasión en que salía de casa era durante cortos períodos de tiempo para obtener los suministros mínimos necesarios para la supervivencia, incluyendo grandes bloques de hielo que utilizaba para calmar el ardor que sentía cuando intentaba dormir.

Los médicos atribuyeron el comportamiento de Clifford al daño cerebral que sufrió en el accidente. A día de hoy, él todavía cree que está siendo perseguido por los demonios. Reside en un centro psiquiátrico de Maryland, EE.UU..


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que fuerte. En esta vida pasan cosas tan rraras que UNO nunca sabe.

plastic_lover dijo...

¡Vaya! Una historia totalmente espeluznante, pero también muy interesante...