Ian Stevenson estudió a lo largo de su vida más de 3 mil casos de niños capaces de recordar sus vidas anteriores, la evidencia parece concluir que tu y yo hemos estado en este planeta antes de esta última vuelta por la montaña rusa de la vida
El Libro Tibetano de los Muertos enseña una serie de técnicas, desde respiraciones, visualizaciones y mantras, para abordar el viaje de la muerte y no regresar a la vida. De la misma forma que algunas personas describen visiones de luz durante experiencias cercanas a la muerte, El Libro Tibetanto de los Muertos o Bardo Thodol habla de una Luz Radiante, la cual el viajero, o psiconauta, debe de seguir para no regresar a la rueda del karma y a la ilusión de sus pensamientos, de su ego. Recuerdo haber leído el prólogo de una edición de este libro que contaba con una introducción de Carl Jung, en el que se mencionaba la respuesta de un monje a la pregunta de que no había ninguna evidencia de la reencarnación ya que nadie había regresado de la muerte, a la que el monje había respondido tranquilamente :"Pero al contrario todos hemos regresado de la muerte".
El bioquímico y profesor de psiquiatría canadiense Ian Stevenson dedicó gran parte de su vida al estudio científico de la reencarnación. Durante más de 40 años Stevenson estudió más de 3 mil casos de niños que parecían recordar experiencias de otras vidas, documentando lo que decían y cotejando datos con las vidas de las personas que decían haber sido.
Stevenson, amigo del escritor inglés Aldous Huxley, fue uno de los primeros científicos en experimentar en los 50s con LSD, una experiencia que transformó su vida. En 1957 fue nombrado Director de la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de Virginia, una de las pocas universidades que realizan estudios paranormales. En 1967 el inventor Charles Carlson donó un millón de dólares a la Universidad de Virginia y otro más a Stevenson para fondear su investigación.
A diferencia de aquellos que usan la hipnosis como método para obtener información sobre supuestas vidas pasadas, Stevenson basó sus estudios en niños de 2 a 4 años que al parecer pueden recordar episodios de sus vidas anteriores y proveer datos que pueden ser comprobados. Muchos de los casos de Stevenson parecen ser detonados por una muerte violenta. En varios casos recopiló testimonios y registros médicos relacionados a marcas de nacimiento y deformaciones congénitas que parecían corresponder al tipo de muerte descrito por los niños y regristradas en las autopsias de las personas que decían ser.
Según Stevenson entre los 5 y 7 años los niños empiezan a perder la memoria de sus vidas pasadas.
El Libro Tibetano de los Muertos enseña una serie de técnicas, desde respiraciones, visualizaciones y mantras, para abordar el viaje de la muerte y no regresar a la vida. De la misma forma que algunas personas describen visiones de luz durante experiencias cercanas a la muerte, El Libro Tibetanto de los Muertos o Bardo Thodol habla de una Luz Radiante, la cual el viajero, o psiconauta, debe de seguir para no regresar a la rueda del karma y a la ilusión de sus pensamientos, de su ego. Recuerdo haber leído el prólogo de una edición de este libro que contaba con una introducción de Carl Jung, en el que se mencionaba la respuesta de un monje a la pregunta de que no había ninguna evidencia de la reencarnación ya que nadie había regresado de la muerte, a la que el monje había respondido tranquilamente :"Pero al contrario todos hemos regresado de la muerte".
El bioquímico y profesor de psiquiatría canadiense Ian Stevenson dedicó gran parte de su vida al estudio científico de la reencarnación. Durante más de 40 años Stevenson estudió más de 3 mil casos de niños que parecían recordar experiencias de otras vidas, documentando lo que decían y cotejando datos con las vidas de las personas que decían haber sido.
Stevenson, amigo del escritor inglés Aldous Huxley, fue uno de los primeros científicos en experimentar en los 50s con LSD, una experiencia que transformó su vida. En 1957 fue nombrado Director de la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de Virginia, una de las pocas universidades que realizan estudios paranormales. En 1967 el inventor Charles Carlson donó un millón de dólares a la Universidad de Virginia y otro más a Stevenson para fondear su investigación.
A diferencia de aquellos que usan la hipnosis como método para obtener información sobre supuestas vidas pasadas, Stevenson basó sus estudios en niños de 2 a 4 años que al parecer pueden recordar episodios de sus vidas anteriores y proveer datos que pueden ser comprobados. Muchos de los casos de Stevenson parecen ser detonados por una muerte violenta. En varios casos recopiló testimonios y registros médicos relacionados a marcas de nacimiento y deformaciones congénitas que parecían corresponder al tipo de muerte descrito por los niños y regristradas en las autopsias de las personas que decían ser.
Según Stevenson entre los 5 y 7 años los niños empiezan a perder la memoria de sus vidas pasadas.
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