Hasta ahora hemos asistido a todo tipo de episodios sin parangón en la corta pero intensa historia de la evolución humana. Desafortunados tirabuzones en la genética o misteriosos casos de salud, que han proporcionado la fama inmediata para hombres con dos penes, niños con dos cabezas o mujeres que necesitan comer cada cuarto de hora para vivir.
Pero confesamos que la historia que encontramos hoy en la bitácora Dogguie resulta muy difícil de creer. Su protagonista es Noorsyaidah, una mujer indonesia que lleva 17 años padeciendo una extraña enfermedad que hace que le crezcan en el abdomen una especie de “pelos” metálicos de entre 10 y 20 centímetros de longitud que le ocasionan un gran dolor, o al menos eso es lo que comenta en esta entrevista para la televisión de su país.
Ante semejante caso, es normal que los médicos se muestren escépticos, argumentando que las agujas han sido clavadas en su propio cuerpo por la paciente, pero tras el último examen, el equipo que lleva a Noorsyaidah, ha descartado realizar una pronunciación médica al respecto. En las sesiones de rayos X realizadas a la mujer se pueden apreciar hasta 40 pequeños alambres, algunos de ellos rasgando partes de su interior y con desplazamientos frecuentes, por lo que los médicos se han visto obligados a usar un imán para mantener los cables en una sola ubicación y poder analizarlos.
¿Truco de magia, deseo de fama, misterio sin resolver, nuevo reto de la medicina? No lo sabemos, lo único cierto es que nuestra amiga indonesia ya ha pasado a ese selecto grupo de humanos capaces de sorprender con su propio cuerpo.
Pero confesamos que la historia que encontramos hoy en la bitácora Dogguie resulta muy difícil de creer. Su protagonista es Noorsyaidah, una mujer indonesia que lleva 17 años padeciendo una extraña enfermedad que hace que le crezcan en el abdomen una especie de “pelos” metálicos de entre 10 y 20 centímetros de longitud que le ocasionan un gran dolor, o al menos eso es lo que comenta en esta entrevista para la televisión de su país.
Ante semejante caso, es normal que los médicos se muestren escépticos, argumentando que las agujas han sido clavadas en su propio cuerpo por la paciente, pero tras el último examen, el equipo que lleva a Noorsyaidah, ha descartado realizar una pronunciación médica al respecto. En las sesiones de rayos X realizadas a la mujer se pueden apreciar hasta 40 pequeños alambres, algunos de ellos rasgando partes de su interior y con desplazamientos frecuentes, por lo que los médicos se han visto obligados a usar un imán para mantener los cables en una sola ubicación y poder analizarlos.
¿Truco de magia, deseo de fama, misterio sin resolver, nuevo reto de la medicina? No lo sabemos, lo único cierto es que nuestra amiga indonesia ya ha pasado a ese selecto grupo de humanos capaces de sorprender con su propio cuerpo.
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