Alrededor de 62 personas recluidas desde hace un mes en un templo evangelico de un céntrico barrio de La Habana, esperan que la ira de Dios desate un cataclismo sobre la "Cuba pecadora", en una inusual expresión de fanatismo religioso que puso en guardia al gobierno.
Entre los atrincherados, hay 19 niños y cuatro embarazadas. Los creyentes se refieren a su decisión como un "retiro espiritual" para acompañar a su pastor Braulio Herrera, a quien la Iglesia Pentecostal quitó las credenciales por "desviación teológica", y acusó ante los tribunales por ocupación "ilegítima" del templo.
El hijo del pastor atrincherado, William Herrera, dijo a la agencia de noticias ADP que "Dios nos dice que aborrece el pecado de esta nación. En Cuba el espiritismo es fuerte, la homosexualidad, el divorcio. Nos ha dicho que va a hacer juicio sobre el país, algún tipo de catástrofe natural para hacer su obra".
El retiro seguirá, según el hijo del pastor, "hasta que Dios quiera". "Y aún no nos dice cuándo. Dijo que vendrá un momento fuerte: muertes, pestilencia, hambre, plagas que pueden tocar a esta nación. Así ha hablado", añadió el joven de 26 años quien descartó que este retiro tenga que ver con las profecías del fin del mundo que circulan últimamente, como la del calendario maya, que anuncia el apocalipsis de la raza humana para el 21 de diciembre del año que viene, o más cercano, el paso del cometa Elenin.
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