Atrapados en el infierno de los conflictos armados, miles de niños se ven obligados a ser testigos de las atrocidades cometidas contra sus padres, o son ellos mismos tomados prisioneros, separados de sus familias, reclutados como soldados o muertos.
Solo por permitir esto, el ser humano merece desaparecer.
1 comentario:
Hay otros motivos que supongo que compensaran este hecho para decir que el homnre no merece la desaparición. Digo yo. Habrá ejemplos de todo lo contrario.
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